Ay la carne, la carne, qué rica tentación...pero en estos días, los que somos católicos, nanay de eso en los viernes de cuaresma. Pura mojarra frita, ¿verdad muchá?, como si fuera tan fella. Mucho sacrificio pues. Bueno, hay quienes que no llegan ni a tilapia, mucho menos a salmón. A lo más que se llega a veces es a Macarela Pica-pica con limoncito y tomate. Todo es delicioso, y no le encuentro la penitencia por ningún lado.
Pero de verdad que cómo dan de ganas de echarse un churrasquito de viuda, con tortillas y guacamolito, especialmente cuando se está evitando comer carnita. !Ah, ya se les hizo agua la boca! Pero si es viernes de cuaresma, no hay, no hay. Sólo de cevichito de concha o de camaroncitos, de pescado, róbalo en salsa o bacalao la viscaína hablan todos, dizque haciéndole gorete a no comer carne. Puras babosadas, de todos modos se come más de la cuenta.
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O sea, que si se anda por Antigua un viernes de éstos, ni pensar ir a darse una vueltecita a la Calzada Santa Lucía...ni mucho menos hacer romería a Tecpán. Bueno, si es domingo sí. Aunque el verdadero acto penintencial, debería ser el quitarse algo que a uno le gusta mucho. Y sé de bastantes que mejor deberían quitarse las iditas a Paulino´s, inclusive hasta el domingo, no sólamente para entrarle con fe a la cuaresma, sino para deternerle un poquito al gatillo del colesterol, y que no se les dispare. De allí la última parte del mandamiento nuevo: "Como a tí mismo".
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¿Y la gula? No, el pecado capital, de plano no se queda en la ídem. Sí, la cosa es tipujearse todo lo que quepa en un muñecón de tortillas. Allá va queso de Chancol, chorizo ahumado y hasta pico de gallo... con Gallo. Y después con tremendos calores, dolor de cabeza y los ojos color sangre de toro, porque la presión, o el colesterol o ambos, se fueron hasta arriba. !Bárbara la mara! Y luego no queremos estar panzones ni gastar en medicinas, depués de que se fue todo el sueldo en hartazón.
Sin embargo, oí en la misa hace poco y, recuerdo que algunas viejitas decían y aún afirman que la carne que realmente hay evitar es la de aqueeeeella que les conté. No andar allí de bisbirindos, dándole gusto a la culebra (del Génesis), sino que aguantarse a la tentación carnal.
Dicho de una forma más pelada, nada de Chichiflix pues, mis queridos paisanos y cachurecos amigos y amigas. Los viernes, cada quien pa' su rincón o cada quien en su casa, según sea la situación... y las manos donde se puedan ver. Sí pues, eso ya no les gustó... !Ajá, birriondillos!
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!Verdaaá! Que hoy sí les di en el mero arroz con pollo (o pollito asado, como esté el apetito). Y me pregunto (como siempre): ¿Cuántos guatemaltecos y guatemaltecas aprovecharán el feriado de la Semana Santa, para echarse no una, sino varias canas al aire? Rrrrepiteshon: !Bárbara la mara!
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De otra forma, no fuera tan popular en Guatemala, aquél pedazo de la Roosevelt, donde se ve un dibujito de un príncipe que le están dando uvitas en la boca. El que le dicen el Triángulo de las Bermudas, allá mero donde cuentan que los hombres entran hablando solos y la mayoría de los carros no se les ve el sillón del co-piloto. Sólo ver, oír y callar son. Y todo, por ir a darle de comer a "sholo un ojo".
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Como que es muy dura la tentación tanto de una, como de otra, porque ¿Dé qué servirá estarse privando de la carne los viernes de cuaresma, si siempre se va a comer un montón, así fuera camarón pelado u otros mariscos, que de todos modos nos gustan? Y de paso piquete, cerveza y hasta cushazo Pérez. O ¿de qué fregados sirve, desde el punto de vista religioso, no comer carne asada o cocida, si de todos modos, muchos se le van a echar cruda?
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He allí el dilema, como le dijo Hamlet a la calaca.
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Por lo visto, estamos rodeados de tentaciones de la carne y lo más fregado es que siempre le andamos buscando el lado a la movida, dizque sacrificando algo, pero vendiendo el alma por el otro lado (¿el otro lado?...jijiji...también se respeta la preferencia). Lo que quiero decir es que yo creo, que la verdadera penitencia es aquella donde damos un poco de nosotros mismos; cuando dejamos de hacer algo que realmente nos gusta mucho, pero mucho, por amor a aquél que entregó lo más preciado por nuestra redención.
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¿Será que estaremos dispuestos a dejar la vaguería para visitar a un enfermo, o ayudar a alguien que necesita, o demostrar nuestro amor a la familia y amigos? Y ya ni se diga, al menos por amor a sí mismo: olvidarse un rato del chupis, dejar la hartazón, o la novela de la noche, o ese postrecito delicioso del almuerzo? Y, !si no es mucho pedirle a algunos! ¿hasta el chichiflixazo?...Son sólo 6 viernes al año. Si hasta bien nos cae no darle gusto al cachudo de vez en cuando, para quitarle un poco de peso al alma.
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Bueno, eso es asunto, creencia o sacrificio de cada quien. Allá cada cual con sus propios apetitos, aguantes y tentaciones, puntita de puyazo o mojarrita.
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Con todo esto, me recordé de una doñita vecina de allá por la zona 6, de cuando yo era chiquita (muy folkrórica y medio espontánea ella), que decía: "Allí andan haciéndose los muy santos, muy santos, y les encanta el capirucho".
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La recordé porque era de la costa y hacía muy bien el cevichito...y ese su dicho no se lo entendí nunca...Sí pues.
Sólo de ver esa foto, mientras escribía, me pasé dos manzanas ...pero de las frutas pues. No vayan creer que de las de Adán y Eva.
Me salió medio salido el post ¿verdad?...
Foto Temptation: http://www.flickr.com
Etiquetas: 2007, Festividades y Costumbres