BABOSADAS MIAS Y DEMAS HIERBAS

LA CHACHI, ALOCADA PERIODISTA MUY CHAPINA

12 septiembre 2006

¡QUÉ PACAYA LA DEL PACAYA!

Aún por los lares chapines, el otro día se me ocurrió ir a averiguar qué estaba pasando con toda esa bulla del volcán de Pacaya. Me llamó la atención que vi en la prensa que la mara estaba yéndose a caminar sobre la lava semi-petrificada y que corrían peligro de morir achicharrados, por mulas. Pero no las mulas-mulas los iban a carbonizar, las mulas-mulas sirvieron para otra cosa, que ya les contaré para que no se hagan bolas.

Le llamé al distinguido director del INSIVUMEH, quien me explicó de forma muy profesional, que realmente lo que la gente está tomando como un paseo turístico, representa un grave peligro, debido a que está caminando sobre costras de lava, que en cualquier momento se podrían quebrar y, “¡CHIPLINGÚN!”, para abajo, a caer en la incandescencia que aún está debajo de todo. (Claro, que lo de chiplingún, no me lo dijo don Eddie Sánchez, que tan chulo, hasta nos indicó la ropa y zapatos que debíamos llevar para la expedición). Del clima no le pregunté...jejeje.

Nos hizo un día fabuloso. Llegamos hasta donde empieza la subidita a pie. Un compañero español nos sugirió subir a caballo, por lo que los otros nos matamos de la risa. Aun cuando yo por dentro recordaba otra mi expedición a pie al de Acatenango, a donde iba con la lengua de fuera y con el resuello ahuevado. En esa ocasión, mejor me regresé y se fueron sólamente las cámaras.

Por ello, dentro de mí había una vocecita que me decía “No seas mula, Chachi, subite a la mula”. Pero también recordé la otra vez que un caballo me botó, y del cocotazo que me dí, por poco me quedo mula. Y síguele con las mulas.

Risueña empecé a subir a pata el Pacaya, pero no había escalado ni 10 metros, cuando ya iba seria, y a tres pasos y una sentadita. Y los patojitos atrás con la bestias me decían “Señito, váyase en taxi, aquí está el caballito, mire”. Entonces, recordé el Acatenango, olvidé el ranazo, imaginé la cima del Pacaya, rememoré mis años de jinete y ¡vámonos para el lomo del mismo Satanás!, que así se llamaba el caballito. Sólamente que esta vez, ¡qué tu jockey!: el muchachito me iba jalando.

Ah, puchis, así sí. Que de al pelo iba yo pa´ rriba. Nuestro amigo español era quien luego se moría de la risa. Llegamos, pues, a las faldas del mismo Pacaya y de allí a pie hasta ese colosito que a cada rato nos anda tirando fuego y ceniza; ya debería de dejar el vicio el patojo. Pero dicen que es saludable que hagan erupción los volcancitos.

Ya había estado cerca del cráter hace años, cuando llenó de ceniza la capital. Pero ésa fue una experiencia muy diferente que ya les contaré con pelos y señales, porque los protagonistas fueron 4 niños que habían dejado solitos los papás en una aldea muy cercana al cráter.

Bueno, pero sigo con mi odisea de la lava petrificada. Para no cansarlos, después del caballo, todavía caminamos como 40 minutos hasta llegar donde se ve el cráter cerquita. Efectivamente había aún pedazos donde de repente empezaba a salir fuego del río petrificado. Y de verdad, miré a muchos idiotillas paseándose los babosos por encima, no haciendo caso a las indicaciones de los Guarda Recursos.

Me cayó mal un patojo extranjero, que queriéndose llevar, según él, un souvenir, arrancó un pedazo de piedra incandescente, y del miedo la dejó caer sobre el montecito, que ya se estaba incendiando. Yo me acerqué y sólo le pegué una miradota, de una patada, “¡PUN!”, le tiré su piedra por allá y por poco le quemo las patas. Creo que me vio tan brava, que no dejaba de disculparse. Pero eso no lo van a hacer a sus países, ¿verdad?

Pero también vi que la gente , hasta chuchos llevaban de paseo. Con eso les digo que iban con niños y todo. Un Guarda Recursos nos explicó que en cualquier momento se espera un estallido del cráter y, “¡PENGUÉN!”, se podría pasar llevando a todo el que ande cerca.

Así que, ya te vi, ya me fui. Más corriendo que andando, nos bajamos muy felices de haber visto tan lindos paisajes de allá arriba. Pero antes que disponga el Pacaya echarse una su pacaya, mejor ando yo abajito.


“¡Chiplish!” iba a ser la mara si se caía en esas grietas al rojo vivo. Cómo usamos la onomatopeya los chapines verdad.

Foto: www.viajeros.com


7 Comments:

At sábado, 09 septiembre, 2006, Blogger Bretero said...

Qué onda que ponés dos posts de un sólo pue vo?

Cuando mucho y cuando nada :D

Yo apenas aguanto a subir la lomita que está para llegar a mi casa, no digamos ese gran volcanón.

Tan guanaca la mara vá? Luego luego a encaramarase... Se van a quemar pizados!

No lo digo por vos Chachi ;)

Saludos, buen rollo que te conectaste (sos messenger...) que posteaste digo, ya te extrañaba vos, qué ingrata sos me tenías abandonado.

 
At domingo, 10 septiembre, 2006, Anonymous Anónimo said...

Gracias Chachi por tus historias divertidas y llenas de colorido,encontre este blog por accidente y desde que empece a leer no pude parar y creo que en mi apartamento creian que estaba loco por las carcajadas que pegue como a las once de la noche.

FRED

 
At lunes, 11 septiembre, 2006, Anonymous Anónimo said...

Yo subì al pacaya hace como 10 años y un poco involuntariamente, sólo por acompañar a un europeo que por fuerza quería ver ese espectáculo. El recuerdo de la vista desde la cima del volcán es fantástico, la subida, esa si que estuvo jodida. me acuerdo que eran 3 pasos cuesta arriba y 4 cuesta abajo, por el terreno arenoso. Llegué exhausta y la última del grupo. Además que inmediatamente me dió miedo lo que comentás chachi, que por todos lados humo y lava, me preguntaba si no sería peligroso, pero veía a todo mundo tan tranquilo, así que pensé que no podía ser tan peligroso :-)
creo que no volvería a repetir la experiencia
saludos

 
At lunes, 11 septiembre, 2006, Blogger Pirata Cojo said...

Yo lo he subido 3 veces vos, con que no me digás que donde queda el parque de la industria y que hasta allí te llega la boca de estarme preguntando vaa...

Pues mi hija chiquita lo subió de 8 años, excelente experiencia para ella y nosotros, nos cuentan que el hoyo del cráter donde caminamos el 1 de enero ya no está otra vez, mero caprichoso el volcancito. iré nuevamente, quiero ver la lava de cerquita vos, puro patojo novelero, es más, este fin de semana le entro como sea.

 
At martes, 12 septiembre, 2006, Blogger Bretero said...

Jaja hoy leí otro pedacito donde decís "penguén" jajaja.

Sos cabrona vos Chachi.

Saludos muchá.

 
At lunes, 27 noviembre, 2006, Blogger frankolega said...

yo subí como 8 veces durante el mes el volcán, cada ascenso fue sumamente diferente ya que cambia constantemente la forma y los caminos. Los ríos de lava fue un espectáculo sin igual y que si se observa con serenidad y precaución se grabaran bonitos recuerdos... :D

más si es en companía y si hace friito ;)

 
At lunes, 27 noviembre, 2006, Blogger frankolega said...

yo subí como 8 veces durante el mes el volcán, cada ascenso fue sumamente diferente ya que cambia constantemente la forma y los caminos. Los ríos de lava fue un espectáculo sin igual y que si se observa con serenidad y precaución se grabaran bonitos recuerdos... :D

más si es en companía y si hace friito ;)

 

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