EN GUATE NADIE SE ESCAPA...

Wolfgang Amadeus Mozart, genio de la música de todos los tiempos, homenajeado y recordado por las generaciones subsiguientes a su prodigiosa existencia; escuchado en todo el globo terráqueo, en el infinito del universo espacial …y hasta en los ring tones de los celulares, era a pesar de todo, un ser humano, lleno de virtudes y también de defectos.

Y se preguntarán a qué fregados viene todo este elegante y "floreado" preámbulo. Pues precisamente a que nadie, aún con sus grandes logros y avanzados prodigios, deja de ser una persona como todos nosotros: que siente, que llora, que ríe, que tiene hambre y le dan ganas de mear. Y nadie es tan genio, ni tan rico, ni tan poderoso como para privarse de sus necesidades básicas, porque de ser así, estiraría la pata más temprano que tarde.

En la vida de muchos de los grandes del mundo, se han visto reflejadas las inclemencias de la desvirtud. Cuántos famosos, genios, poderosos y personas de relevante importancia a nivel mundial, han sucumbido en sus debilidades carnales y muchas veces, en la enfermedad del alcoholismo y hasta en la drogadicción.

Mozart con sus borracheras y desmanes; O Leonardo Da Vinci, acusado de llevar una vida licenciosa; y tantos artistas más, científicos, filósofos y políticos, que a pesar de sus genialidades no han dejado de ser personas de carne y hueso y, que tal vez por haber conocido la complejidad humana, lograban profundizar en el pensamiento, el alma y el sentimiento.

Y como cada pueblo tiene sus ídolos, me cuenta mi prima la Momis (que es a otra que le pasa babosada y media), que una su amiga tiene aún a su abuelita de más de 100 años, que todavia dicen se conserva muy lúcida, y ella siempre contaba que la ancianita repetía muchas veces que en su juventud, había conocido a Miguel Angel Asturias.
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Resulta que otra compañera de ellas estaba realizando su Tesis Doctoral acerca de nuestro famoso escritor, por lo que organizaron un almuerzo para invitar a varias personas y hacerle preguntas a la viejita acerca del insigne Premio Nobel, esperando tal vez escuchar una historia inédita. Llegaron como 15 invitados y luego de comer, se sentaron todos alrededor de la venerable ancianita que los miraba sonriente.

Dice que la tesista, con grabadora en mano, se apresuró a preguntarle a Doña Clarita (la viejita) con voz suave y respetuosa:
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- Me han dicho que usted conoció al gran Miguel Angel Asturias, nuestro Premio Nobel de Literatura.
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- ¿A quién, dice?- preguntó la señora porque no había escuchado bien.
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- A Miguel Angel Asturias, el escritor - le repitió.
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-!QUE, QUEEEEE!- dicen que exclamó exaltada la señora.

- !BOLO DESVENTURADO!!! - remató gritando - Claro que lo conocí. En las reuniones, el shuco, se sentaba detrás de una mesa en un rinconcito, y se tomaba todos los "culos de botella" que habían sobrado... pero decían que él se emborrachaba todas las noches para poder tener inspiración y poder escribir algo.
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Me cuenta mi prima que todos no pudieron contener la risa porque creyeron que ella iba a contestar algo distinto. Mientras doña Clarita seguía exclamando:
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-A mí él, me cayó siempre mal por !BOLO...DESASEADO!!!
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No la podía callar ni siquiera la nieta.
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Por lo visto, todos pudieron escuchar una historia inédita, pero no precisamente la que esperaban. Dice que nadie quiso preguntarle nada más, por respeto al gran escritor.
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Como ven, en todo tiempo ha habido paparazzi, intencionados o no, que se han encargado de agarrar in fraganti a un famoso y bajarlo un poco de la nube idólatrica que de manera justa y necesaria, se han ganado por la inmensidad de sus logros.
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Eso, repito, es sólamente para recordarnos que todos somos seres humanos con debilidades y con defectos. Y dándole un poco la vuelta a mis párrafos introductorios, les digo que nadie es tan enfermo de vicio, ni tan pobre, ni tan desconocido como para no emprender el camino a alcanzar grandes metas. Porque todos somos seres humanos valiosos que podemos lograr hacer de este mundo algo mejor. Y no creer que es un trabajo únicamente para los prodigiosos.
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Pero, ya quisiéramos muchos tener la pluma de nuestro orgullo nacional, Premio Nobel de Literatura 1967, don Miguel Angel Asturias, a quien admiro y respeto enormemente, pero que no se libró de estas mis Babosadas, gracias a los recuerdos de una venerable anciana de más de 100 años, que a lo mejor lo conoció, pero no estamos seguros de que hablara de la misma persona. Lo más seguro es que nadie lo puede comprobar.
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Sólamente fue un pretexto más para reíse, que es lo que más nos gusta hacer a los chapines.

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De todos modos, si yo pudiera escribir al menos, una línea con el mismo arte y genialidad del Gran Moyas, me importaría un pinche rábano, que algún día alguien me recordara como, "Gorda, cachetes de sol de lotería"...o hasta "Bola desventurada". Qué más da, al final, no cualquiera tiene un Premio Nobel de Literatura en su haber.
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!Y que viva Guatemala!

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Este post no prentende en ningún momento ni de manera alguna, poner en mal la reputación del gran Miguel Angel Asturias, simplemente revive una anécdota chistosa cuyo contenido jamás se ha comprobado, ni creo que nadie esté interesado en comprobar. Si alguien se siente ofendido, mil disculpas y le rogaría que lo tomara por el lado cómico, en honor a la característica más representativa de los guatemaltecos: sacar chiste de todo.

En la publicación de "El Chispazo del Día" que era un caricatura de J.C. Castillo donde se opinaba de la vida nacional con cierta sátira y jocosidad, vi hace años algo que daba a entender, más o menos lo siguiente: "Con el mayor porcentaje de analfabetismo de centroamérica, contamos con un Premio Nobel de Literatura. Con más de 35 años de guerra interna, contamos con un Premio Nobel de la Paz...¿Será que con tanta desnutrición podremos optar a un Premio Nobel de Química?".
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Foto: http://www.educared.org/