¡ÁNIMO! QUE EL SHOW DEBE CONTINUAR

Mi madre era una artista innata, llena de tantas virtudes, entre muchas otras la de reír aún entre los infotunios de la vida. Creo que es algo que viene de familia, porque nosotros podemos estar muy, muy tristes, pero siempre le andamos buscando a todo el modo de reírnos. Nos llamamos a sí mismos, "Una familia de locos".

Además, mi Reina sabía del compromiso que todo comunicador, al igual que un artista, debe a su público y me decía que muchas veces hay que aprender del payaso, y pintarse en la cara una sonrisa para no morir de tristeza; que el arte es un don de Dios, para que a través de él podamos expresarnos y amortiguar un poco las penas... y las de los demás.

Por ello, en su honor, necesito continuar viviendo y por ende, contándoles mis babosadas, porque sé que Ella las estaría esperando también, mientras resuena en mis oídos la palabra que siempre me decía: ¡Ánimo!

Entre mi dolor y el viaje más horrible de mi vida, quiero contarles que ahora que estuve en Guatemala, me di cuenta de lo especiales que somos los chapines. Después de un par de años de no ir por allá, me desengañé de que en Guate, la vida es más libre.

Puchis muchá, allá se puede mear en cualquier lado, en cualquier poste, en cualquier calle y en medio de las portezuelas de un carro; y no es cosa del otro mundo, sentar a un chirís a surrar en algún montecito por allí, aunque el pobre patojo esté enseñando todo y hasta la cara de "puje", con ojitos de aflijido.

Si es que allá ustedes, la cosa es más alegre. La mara chupa, se soca y sale a maltratar a todos a la calle y ¡qué pizados! y el que alegue "cuentazos pué". Encima manejan bolos y con el radio a todo volumen y nadie les dice nada, mucho menos la polaca. No es como acá, que si cualquiera se tira un pedo fuera de lugar (se volvió fut, pues) le caen los chontes.

¡Qué rayado es vivir en Guate! porque allá en donde quiera que alguien le haga la parada a una camioneta, así entre la fila de carros a toda velocidad, el chofer se mete para llevárselo, aunque sea al pedalazo (o de corbata), no es como acá que si no estuviste a la hora en la parada, te jodiste canche.

Y la gente se pasa las calles por donde quiera, inclusive debajo de las pasarelas y hasta los chuchos se atraviesan. Allá la mara puede andar en lo que se le dé la gana, ya sea en carro, camioneta, en cicle, en en tuc-tuc, en pedazos de moto y hasta en cafeteras de hace mil años, echando humazones por todos lados y nadie les pone multa. Eso fuera en USA, no pasan la famosa inspección.

Qué barbaridad, no hombre, si la Estatua de la Libertad debería estar allá en la zona 1, donde hay más ladrones que gente en la 6a. avenida. Esos sí que son el mejor ejemplo de libertad, porque roban a diestra y siniestra y nadie los mete al bote...y si los meten al otro día van pa'fuera. Ya sé que nosotros tenemos al Quetzal como símbolo de la libertad, pero ese pobre ya ni se deja ver, porque son capaces de robárselo para enseñarle a dar la patía. Y es que la situación está tan peluda, que por unos pocos quetzales, muchos hasta dan otra cosa.

Al hablar de Economía de Mercado, Guatemala tiene el mejor ejemplo. Allá cualquiera saca a la calle sus tostadas, atol y chuchitos. Todo el que tiene oportunidada pone su puesto de ropa, ositos de peluche, cremas milagrosas y otro montón de babosadas donde más le conviene y donde pase más mara, hasta si es posible y las fuerzas le dan, enciendo un su altoparlante.

Y para altoparlante, muchos de nuestros hermanos protestantes son especialistas, generalmente en los pueblos. Allá hay capillas con bocinas y todos los fierros, para que oiga hasta el que no quiere. A eso es lo que yo llamo libertad de cultos, muchá. Ya vas.

Libertad, para correr con antorchas de ídem, por las carreteras desde el 11 de septiembre y provocar congestionamientos de tráfico. Libertad para marchar e interrumpir la libre locomoción. Libertad para sacar la procesión por toda la ciudad, cerrando todas las calles e ir vendiendo chupetes y chapulines detrás del santo. Libertad de amontonarse y meter mano, libertad de embotellamientos, libertad de robar, de mear y surrar donde sea, de echarse un chacuaco en lugares encerrados o hasta delante de los patojos. De tirar basura en cualquier lado o de quemar los papeles shucos del baño frente a tu casa.

Libertad de quemar cuetes, de tener chucho sin vacunar o que alguien le dé "bocado envenenado"; o de atropellar al pobre chucho y dejarlo allí para que todos los carros lo deshagan. !Qué maldad!

Libertad de mentarle la madre a grito pelado al que por poco te choca y hasta armar pleito y sacar pistola. Libertad de caminar a media calle, de oir la música que te dé la gana a todo dar. Libertad de ponerse a tuza y quedarse encunetado durmiendo en cualquier acera. De meter todo el que se pueda en una camioneta, de correr a toda velocidad, de agarrar de campo de fut todo terreno sin circular...Etc.

Pero, al final muchá, ¿será eso es lo que nos hace sentirnos en casa?

Sinceramente creo que la necesidad muchas veces tiene cara de relajo.

Tratar de cambiar las cosas, al modo de los Yunáis, la mayoría de veces provoca rechazo o confusión y es que cada quien con sus costumbres, ¿verdad?. Además no todo lo que se hace aquí es precisamente la mejor idea. Como le pasó a mi papá, que quiso ir a Guate a hacer un Garage Sale, sacó todo lo que quería vender y puso un rótulo en el portón que decía: VENTA DE GARAGE, y hubo gente que se acercaba a preguntarle en cuánto estaba vendiendo su garage.

Saludos a todos los que en mi ausencia virtual han tenido acontecimientos importantes como los "Ritos Nocturnos" de León Aguilera, el premio a Stefanie Falla por el "Mejor Proyecto Futuro", a los nuevos Clubs de Tacitas de Té en Latinoamérica, El regreso de la "Prensa Negra" y muchas otros eventos. Mis felicitaciones a todos.

Foto Statue of Liberty on Break: www.worth1000.com