MENOS UNA...

Contaban de un fulano de muy buen ver, que tenía muchas traidas y con todas se juntaba durante el día, pero a diferentes horas, por supuesto.

Descuidado, a lo mejor, un día las 4 patojas se dieron cuenta que el amado novio las estaba engañando a todas. A cada una le daba el mismo discurso, los mismos regalitos y las mismas mentiras.

Así que aguantándose los celos, se pusieron de acuerdo para esperarlo a una misma hora y así atraparlo para darle su merecido por mentiroso. Sin sospechar nada, el muchacho llegó a la cita, pero cuál fue la sorpresa que todas las novias lo estaban esperando con tremendas getas, palos y piedras.

Al ver semejante escena el joven no tuvo más que salir huyendo, haciéndole los quites a los tetuntazos, que volaban como proyectiles, y claro, uno que otro palo convertido en misil.

Antes de desaparecer del tal emboscada, alcanzó a gritar: - ¡Váyanse a la mierda..!

Hizo el amague de seguir corriendo, pero tras un silencio acentuó: ¡MENOS UNA!

Al escuchar la maltratada, pero reparando en la excepción hecha, las patojas se vieron las caras, con la interrogante de quién sería aquella excluída del insulto. Seguramente, pensó cada una en sus adentros, que esa "una", sería la verdadera dueña del corazón de aquél que logró tener 4 al mismo tiempo. La dueña de sus encantos, de sus sueños...y a lo mejor la que ejercía con su amor, la supremacía entre todas.

Se fueron a sus casas con ese pensamiento que nos las dejó dormir.

Al próximo día, madrugó en casa de una de las chicas una romántica carta diciendo entre otras melosidades, lo siguiente:

Mi amor
Te fijaste que anoche dije "váyanse a la mierda...menos una", pues esa "una" eras tú mi vida. Tu eres la dueña de mi corazón y no te juntes con esas otras pesadas que sólo las tenía para jugar y te pueden hacer algo por pura envidia. Nos vemos donde siempre, a la misma hora.

La tarea epistolar no duró más de cuatro días y al siguiente fin de semana, ya las tenía a todas de vuelta, con sus respectivos horarios, pero ahora soñando en que cada una de ellas era la única en su vida.

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