BABOSADAS MIAS Y DEMAS HIERBAS

LA CHACHI, ALOCADA PERIODISTA MUY CHAPINA

03 julio 2006

MI PAPI, ALUMNO SOBRESALIENTE

Según cuenta mi papá su infancia fue un tanto difícil. Allá en Asunción Mita, Jutiapa, la vida del campo solamente les exigía trabajo y poca diversión. Aún cuando por allí hay uno que otro cuento de la niñez, donde parece que la pasaban mejor que nosotros con nuestras caricaturas, la mayoría del tiempo era de puras tareas, "lazo y cebo", como dicen en Guatemala.

Al menos, mis abuelitos, dentro de su sencillez, comprendieron la importancia de mandar a los niños a la escuela. Pero tenían que levantarse antes de las 4:00 de la mañana a ordeñar las vacas y a limpiar la tierra por lo que, muchas veces, no les daba tiempo de desayunar y en el camino, tenían que irse comiendo a la ligera, una su tortilla con frijoles.

Al igual que muchos niños campesinos de la actualidad, mi papá tenía que caminar varias leguas para llegar a la escuela, donde los maestros les enseñaban las letras, los números y una que otra recomendación para cuidar de la naturaleza. Dice que una vez, toda la clase de ciencias naturales, el profesor trató de inculcarles la buena costumbre, de no matar a los pajaritos con hondas (resorteras), ya que como él los llamaba eran “los niños del bosque” y servían para alegrar el campo

Terminada la clase, el maestro les comunicó que iba a ir a la ciudad y que podían encargarle algunas cositas que quisieran, como dulces y esa cosas. Mi papá se le acercó y le dio 2 centavos. El maestro le preguntó:

- ¿Qué querés que te traiga, dulcitos de coco?
- No, dos varas de hule – le contestó mi papá
- ¿Y para qué querés el hule? – le volvió a preguntar el profesor, con el fin de saber de qué clase lo quería.
Y mi papá le contestó: - Hule, para una mi honda.

Dice que el maestro solamente se sonrió, pues se dio cuenta que fue un tanto inútil su metáforica clase sobre “los niños del bosque”. Pero creo que mi papá, desde chiquito fue un tanto voluntarioso, pero por fin aprendió la lección, porque ahora él les advierte a los niños no matar a los pajaritos.

Me cuenta que le gustaba mucho estudiar la geografía y una vez, estaban repasando las definiciones de los lagos, ríos, mares, etc. Cuando le preguntaron a él, qué era una isla. A lo que contestó inmediatamente: “Isla es una porción de tierra, rodeada de agua por todos lados”. El profesor lo felicitó y luego pregunto de nuevo:
- Haber, ¿quién me puede decir qué es un lago? En eso, un muchachito un tanto haragán para estudiar, levantó la mano y en forma muy seria y segura dijo:
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- ¡Eso es lo mas fácil! -
Exclamación que dejó a todos extrañados, porque este niño, nunca se había preocupado por saber, ni la “A”.
– Pues decí qué es- le ordenó el profesor.

- Lago, profe, Lago es mi papa – contestó muy diligente.
- -¿Cómo está eso? – le preguntó confundido el profesor.
- Lago, es mi papa – volvió a decir.

Entonces, mi papi reparó en lo que estaba diciendo el niño y le dijo al profesor:
- Mire, el Tencho, tiene y no tiene razón, lo que pasa es que su papá se llama Ladislao y le dicen “Lago”.

Al menos se rió toda el aula, con la aclaración de mi papá. Pero quién sabe si Tenchito, aprendió que Lago, no solamente era su papá.
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Pero la mejor historia la cuenta mi querido padre y fue las de las calificaciones de fin de año: Me dice que cuando tenía como 7 años, terminó el primer grado escolar y les dieron una especie de diploma pequeño, que en ese entonces, era el cerificado de aprobación o reprobación. Mi papá recibió uno de otro color y eso le llamó la atención. Por lo que fue a preguntarle a los demás, lo que les habían puesto en su certificado: Los de color celeste tenía la palabra “Aprobado” y los de cartulina rosada, como Tencho, tenían por el contrario, “Reprobado”.

Mi papá, al no encontrar ninguna de las dos palabras en su certificado de color amarillo, se puso muy afligido, pues por más que buscaba a otro que tuviera lo mismo, no lo encontró. Se pasó todo el día bien asustado y hasta llegó a sentir envidia por los que tenían la cartulina rosada y la palabra “Reprobado.
¡Ay dichosos! dice que se lamentaba y decidió jamás enseñársela a mis abuelitos, con miedo a una buena regañada.
- !No! - dice que pensó- qué me van a decir, si no me aprobaron, ni me reprobaron.
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A nadie se lo quiso enseñar, y menos a mis abuelitos que nunca vieron el bendito certificado, que terminó enterrado en el patio. Tal vez estuvo mejor, porque quizás, ellos tampoco habrían podido descifrar el por qué de ese certificado diferente.

Mi papi siempre ha sido muy inteligente para estudiar y fue abanderado en todos sus centros de estudios, hasta ser becado en Washington, por la excelencia en su trabajo.
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En agradecimiento y reconociendo el valor de la educación en los primeros años y en memoria de todos los buenos recuerdos de su infancia, gran parte de la herencia en terrenos que mi abuelito le dejó al morir, mi papá la donó para la construcción de la escuelita de la comunidad donde nació y creció. Para que así, dice él mismo, los niños, ya nunca más tuvieran que caminar tanto, llegar con hambre y cansados a recibir sus clases.
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!Ah, se me olvidaba! Lo que decía su certificado era: "Alumno Sobresaliente".
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Saludos a mi papi, que siempre nos enseñó que había que estudiar duro. Lástima que sea tan bravito. Pero eso es otra historia.

Foto Boys and Dogs del libro "Out of the Dump": Gladiz Jiménez. Niños Fotógrafos de Guatemala (Foto Kids).
www.fotokids.org
Visiten esta página que esta muy buena y la labor es espetacular.

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13 Comments:

At sábado, 24 junio, 2006, Blogger Bretero said...

Vos, esa foto me da ganas de llorar. Asi que no voy a poder leer tu post.

Pero sí lo voy a leer, sólo que me mentalice un cacho a que los niños tendrán un futuro en Guate.

Bye.

 
At lunes, 26 junio, 2006, Blogger Bretero said...

Bueno es que así son los viejos de antes vos. Mi abuelito era bien enojado.

El post este me gustó más que los otros vos, porque es asi bien serio. Además me acuerdo de muchas cosas de mis abuelitos de como estudiaron ellos, algunas de la siguiente generación (mis tios, mamá) y luego cosas mías y de mis amiguitos pobres.

De ahuevo está el post. Lo que no me gustó fue lo del "pico más grande", porque como yo soy bien mal pensado pensé mal y como que no iba con el resto de lo que me estaba imaginando.

Buena onda que respetés asi a tu viejito vos, y que le escribás algo asi.

Bueno, adios muchá, adios Chachi, ahi nos vemos en Patzún.

 
At lunes, 26 junio, 2006, Blogger Bretero said...

Ah no, Chimaltenango es verdad vos? Jaja.

Puta, ya estoy puro el patojo ese con lo del "Lago".

 
At lunes, 26 junio, 2006, Blogger Andy said...

Gran post. UN abrazo.

 
At martes, 27 junio, 2006, Anonymous Anónimo said...

Gracias Tato y Andy por las flores!!

 
At jueves, 29 junio, 2006, Anonymous Anónimo said...

Que chinga el tato con eso de "el pico más grande" :-) vos lo hacés pensar mal a uno.
Me uno a los demás, gran post Chachi y la foto no se diga, también a mí me dió así como un temblorcito de corazón y me recordó algunas fotos de los años 70, por ahí por la colonia Monte Verde...

 
At jueves, 29 junio, 2006, Blogger Pirata Cojo said...

Gracias Chachi, sin aburrirlos paso a contarles: Mi papá fue hospiciano, no por huérfano, sino porque mi abuelita, a quien no conocí viva, estaba enferma, vivió y estudió allí hasta los 16 años, había conseguido un permiso especial para estudiar la carrera de Perito Contador, en aquellos entonces eran cuatro años, ganó el primero y cuando iba a iniciar el segundo, el flamante ministro de educación de Ubico, dijo que era mal ejemplo para los otros hospicianos. Salió del hospicio a sus 17 años y se fue a trabajar a fincas, en puestos de oficina, planillero y esas cosas, posteriormente logró una plaza de maestro en la UFCO, en Tiquisate, autodidacta el viejito, cuenta con orgullo que vinieron maestros cubanos a evaluarlos y él fue el mejor calificado, sin haber estudiado docencia. Logró su traslado al depto. de IBM, donde fue perforador de tarjetas, cuando las oficinas se trasladaron a la capital, se vino con mi mamá y mis tres hermanos, yo no había nacido.
Cuento esta parte de la vida de mi héroe, con lágrimas en los ojos, ya que esa enfermedad maldita del ALzheimer se lo está llevando y al menos ustedes, mis amigos, sé que entenderán el dolor que tengo.
Un pequeño tributo para mi esforzado viejito, a quien le tocó una vida durísima, con hambre y privaciones y jamás se quejó de su destino.

 
At sábado, 01 julio, 2006, Anonymous Anónimo said...

Bueno muchá, pues sí me conmueven. Como dice el Pirata, sé que al menos ustedes que son amigos entenderan los sentimientos verdad.

Yo pues, he vuelto a hablar con mi viejo. Poco a poco y pues, me cuesta pues, cada palabra que digo pero, sí he ido pudiendo, asi como dejando de chupar cada semana.

O sea, tampoco soy alcoholico pues, pero si me echaba los tapis obligatoriamente cada viernes, sabado (a veces jueves a veces domingo).

Y tambien creo en algo especial.

Va pero mis rollos que importan, sus historias son bien autenticas.

Saludos mara, buen rollo (y)

Bretero.

 
At miércoles, 02 agosto, 2006, Anonymous Anónimo said...

Mire usted de veras que hoy si me tocó el corazón con ese relato! Me recordó tanto a mi viejo!! Gracias

 
At miércoles, 09 agosto, 2006, Anonymous Anónimo said...

De nada Juli, saludos y bienvenido.

 
At martes, 31 octubre, 2006, Anonymous Anónimo said...

Pirata, que lindo tu relato. Tu papa es una joya. Yo se muy bien de esa enfermedad, porque mi abuelita murio con ella.
Cuidalo mucho, porque el amor de uno es lo que los mantiene, lo que sienten en su corazon, nunca se les olvida. Ellos saben que uno los ama, aunque no sepan ni quien es uno... y eso es suficiente.

 
At domingo, 07 febrero, 2010, Anonymous Anónimo said...

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At lunes, 01 octubre, 2012, Anonymous Edwin Yanes said...

Qué excelente historia sobre tu papá, felicitaciones amiga y saludos a tu papá, mi respeto y admiración.

Un abrazo de un jutiapaneco de corazón, Edwin Yanes.

 

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