¡LOS VI PATOJOS, LOS VI EN EL DESFILE DE LAS ROSAS!
¡Ah sí pues, ni modo! Después de ver bajar la esfera del Times Square, bailamos hasta las 3 de la madrugada. O sea que llegamos a casa a las 3:30, entonces hagan cuentas a qué hora nos dormimos (Iba a escribir "echen pluma", pero preferí que no, para que no pensaran mal mis amigos mexicanos porque para ellos, "echarse una pluma", significa otra cosa.). El Año Nuevo nuyorkino estuvo como siempre, genial. Pero había que despertar temprano, ¿y para qué? diría mi carnal. Pues para ver a los patojos, ¡en el Desfile de las Rosas!
Miren pero qué de a h… alegre estuvo eso.
Rercuerdo que desde niña, ver el Rose Parade el 1 de Enero, era toda una tradición. Siempre me gustó ver las carrozas y las bandas de los gringuitos con sus batonistas que iban poniendo la alegría en todo el desfile. (Porque se dice "Desfile", ustedes, no "Parada"…esa es otra, donde se espera la camioneta. O el Bas, como llegan diciendo a Guate, los que han vivido en las Californias…¡Oh!).
Lo chilero de todo era que este año fue transmitido en Alta Definición y, por lo tanto, los detalles se apreciaron mejor. Pasaron muchas carrozas bien lindas, como siempre, pero yo no hallaba la hora de ver a los chirices. Pero detrás de un barcote que iba tirando cañonazos, ¡Allí, allí, venía la alegría chapina, nuestros patojos de la Banda Pedro Molina!
Tremenda parranda traía nuestra juventud. Claro que sí. Y lo mejor fue que venían tocando la mera, mera: Luna de Xelajú. Y a un ritmo bien picoso, que hicieron levantar a la multitud, para bailar al ritmo de la música chapina. Me cuentan que de lejos se miraba como que venía una ola hecha de gente, porque por donde pasaban, las personas levantaban las manos y gritaban de emoción (fueran o no hispanos) y los que podían agitaban las banderas.
El pabellón azul y blanco, venía al frente, pero creo que en ese momento todos los latinoamericanos nos sentimos uno. Somos de un mismo ritmo, misma alegría, misma juventud, un mismo colorido. Estos muchachos, venían representándonos a todos y lo hicieron perfectamente. ¡Así se hace muchachos!
No hay que olvidar a todos los que hicieron posible que estos niños llegaran y nos hicieran el año a todos, principalmente la Fundación Educativa Guatemalteca Americana, junto a los chapines y extranjeros que ayudaron con sus donativos. Porque traer 270 patojos desde Guatemala, resulta una tarea muy difícil. Y no sólo es el viaje, sino los instrumentos, los uniformes, disfraces, alimentación y todo lo que se nos pueda ocurrir para llevar a cabo este maravilloso sueño.
Así que felicitaciones a todos y todas. Sobre todo por demostrar que nuestro país no es sólamente el protagonista de los noticieros con la delincuencia y las injusticias. Guatemala es un país lleno de color, de mujeres hermosas, de alegría, de gente que trabaja duro para cumplir sus sueños. Una tierra linda y llena de maravillosas sorpresas.
Patojos de la Banda Pedro Molina, les cuento que en la costa Este, estaba la Chachi, bien sentadita con la nariz en la pantalla, moqueando, porque no pude evitar llorar de la emoción al verlos pasar en el Gran Desfile de las Rosas.
Tarareando las notas, "calles bañadas de luna que fueron la cuna de mi juventud"…en un momentito vi realizados los sueños de la niñez y recordé las mañanas del 1o. de Enero llenas de esperanza, comiendo tamalitos hechos por mi madre, allá en mi tierra del Quetzal. Y creo que no fui la única que se echó la chillada. ¡Bravo!
¡Que viva Guatemala, muchá!
Miren pero qué de a h… alegre estuvo eso.
Rercuerdo que desde niña, ver el Rose Parade el 1 de Enero, era toda una tradición. Siempre me gustó ver las carrozas y las bandas de los gringuitos con sus batonistas que iban poniendo la alegría en todo el desfile. (Porque se dice "Desfile", ustedes, no "Parada"…esa es otra, donde se espera la camioneta. O el Bas, como llegan diciendo a Guate, los que han vivido en las Californias…¡Oh!).
Lo chilero de todo era que este año fue transmitido en Alta Definición y, por lo tanto, los detalles se apreciaron mejor. Pasaron muchas carrozas bien lindas, como siempre, pero yo no hallaba la hora de ver a los chirices. Pero detrás de un barcote que iba tirando cañonazos, ¡Allí, allí, venía la alegría chapina, nuestros patojos de la Banda Pedro Molina!
Tremenda parranda traía nuestra juventud. Claro que sí. Y lo mejor fue que venían tocando la mera, mera: Luna de Xelajú. Y a un ritmo bien picoso, que hicieron levantar a la multitud, para bailar al ritmo de la música chapina. Me cuentan que de lejos se miraba como que venía una ola hecha de gente, porque por donde pasaban, las personas levantaban las manos y gritaban de emoción (fueran o no hispanos) y los que podían agitaban las banderas.
El pabellón azul y blanco, venía al frente, pero creo que en ese momento todos los latinoamericanos nos sentimos uno. Somos de un mismo ritmo, misma alegría, misma juventud, un mismo colorido. Estos muchachos, venían representándonos a todos y lo hicieron perfectamente. ¡Así se hace muchachos!
No hay que olvidar a todos los que hicieron posible que estos niños llegaran y nos hicieran el año a todos, principalmente la Fundación Educativa Guatemalteca Americana, junto a los chapines y extranjeros que ayudaron con sus donativos. Porque traer 270 patojos desde Guatemala, resulta una tarea muy difícil. Y no sólo es el viaje, sino los instrumentos, los uniformes, disfraces, alimentación y todo lo que se nos pueda ocurrir para llevar a cabo este maravilloso sueño.
Así que felicitaciones a todos y todas. Sobre todo por demostrar que nuestro país no es sólamente el protagonista de los noticieros con la delincuencia y las injusticias. Guatemala es un país lleno de color, de mujeres hermosas, de alegría, de gente que trabaja duro para cumplir sus sueños. Una tierra linda y llena de maravillosas sorpresas.
Patojos de la Banda Pedro Molina, les cuento que en la costa Este, estaba la Chachi, bien sentadita con la nariz en la pantalla, moqueando, porque no pude evitar llorar de la emoción al verlos pasar en el Gran Desfile de las Rosas.
Tarareando las notas, "calles bañadas de luna que fueron la cuna de mi juventud"…en un momentito vi realizados los sueños de la niñez y recordé las mañanas del 1o. de Enero llenas de esperanza, comiendo tamalitos hechos por mi madre, allá en mi tierra del Quetzal. Y creo que no fui la única que se echó la chillada. ¡Bravo!
¡Que viva Guatemala, muchá!
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Foto: La Prensa de Los Angeles.
Les invito a ver la edición de este mismo artículo, publicado en La Prensa de los Angeles:
Los vi patojos!!! ... Los vi en el Desfile de Las Rosas
Etiquetas: Guatemala, Navidad, Prensa de los Angeles
posted by La Chachi @ 4:10 p.m.
9 Comments:
Qué viva Guate!!!
Mauricio.
Yo me estoy echando la llorada leyendo tu relato Chahi... que bueno que los patojos nos representaron a todos de tan buena manera.
Que emocionante Chachy !! ... Es que la musica tiene una magia... y la Luna aun mas, cuando es de Xelaju !!!
Hola. Chachi. Saludos a todos tus paisanos y en especial a los q participaron en el desfile de las rosas. Lamentablemente no lo pude ver pero me inmagino que estubo super chivo ya que los chapines siempre le ponen ganas a lo que hacen. Te felicito por la expancion q hes tenido y por todas las publicaciones ( babosadas )tuyas y las q escriben sobre ti.
Chachi, muchas felicidades que saliste en la prensa. Ahora te va a conocer mas gente y leer mucho de tus articulos que son bien interesantes!
"Chachi", un gusto. Leí tu crónica sobre el desfile de las rosas y me encantó, me parecía estar viviéndolo, colorido, alegre y emocionante. No sabía de la existencia de tal desfile, creo en la importancia de relatar lo cotidiano que ocurre a nuestro alrededor. Le mando un gran saludo desde el Conosur Americano.
Atte. Carlos Barrios
Mauricio: Así mero.
Nicté: Vieras que chulo se miraba todo, lo hicieron excelentemente.
Jose: Ya te podés imaginar cuando dijeron: "ahora oigamos la música de Guatemala", escuchar luna de Xelajú, uno aquí tan lejos...pega vos.
Josarom: Gracias por los buenos conceptos. No sabía que alguien podría escribir babosadas acerca de mí, me sorprende. Bienvenido.
Julia: Haber cómo nos va en este nuevo proyecto. Mil gracias por tu lectura.
Carlos: De verdad pensé que el Desfile de las Rosas se conocía en toda América. Mire, algo aprendí hoy. La emoción fue multitudinaria y creo que es algo que vamos a llevar en nuestros corazones. Gracias por visitarme y Bienvenido.
Es que para los guatemaltecos clase media urbana (o inmigrantes) EEUU es el universo, y entonces el Desfile de las Rosas universal. Calvinisti no da tanta risa, porque al menos tiene plata y está seguro de lo que habla.
Pero bueno, Viva Ubico! Viva la Banda de mi Aldea! (para estar a tono con ustedes).
PS
Este comment sí borrálo. Nunca como hoy tengo tan claro que el índice alto de analfabetismo de Guatemala es una capa inferior del analfabetismo funcional de sus clases medias y medias altas (vos, Guate360, sus seguidores en FB, literatos y periodistas en general), y entonces su capacidad de razonamiento no va más allá de lo mínimo para superar a la capa inferior (libros minimos es un buen título). Inferior solo porque no tiene participación, de lo contrario todos ustedes serían simples "chachas".
PS2
Me había prometido ya no escribirles, pero para que me recuerden como a alguien que les decía las cosas de frente. Adiós.
Gracias Chachi... mejor descrito no pudo estar, lastima que no compartiste con esos lindos patojos, yo si te presumo que convivi con ellos por largas horas porque yo fui el encargado de darles seguridad y velar por su salud asi que ahi me tenias en el hotel o en los buses o viendo que comieran y hasta cuidandolos de que no se salieran de la linea durante toda su estancia en Los Angeles, lo triste de todo esto es que asi como rei y goce con cada una de sus ocurrencias asi tambien llore (y realmente llore) cuando los deje en el aeropuerto, esos patojos son sanos, son buenos y tienen un corazon muy chapin, son nuestros patojos!
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