TIFOSA HASTA DECIR QUITÁ DE ALL'.

En Italia se conoco como "tifose" a un grupo de fans; "tifoso" o "tifosa" a la persona, hombre o mujer, que es fanático de algo en especial. Pero alrededor del mundo los "Tifosi" son, o somos, los que le vamos a la sele de Italia. ¿O no? bueno, les cuento.

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No sé si porque me la llevo de remedo de escritora, ando sacándole raja a todo lo que veo, me acontece o deja de pasarme...pero es que a mí me sucedede !cada cosa!

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Hace unos días, en un vuelo entre Miami y New York, caminaba por el pasillo antes de abordar el avión, cuando me sorpendió escuchar unas voces alegres y en un idioma que no era ni español, ni english. Era una algarabía poco usual entre los gringos, e incluso, un tanto diferente al alboroto hispano.

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Para saber de dónde venían las risas, de reojo miré hacia atrás y vi uno de los espectáculos más fascinantes que han contemplado mis ojos: Un equipo completo de futbol. Pero no cualquier chamusquería. Nooo...!Calcio Italiano!

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!Señoras, eso sí era feria! Eran muchachitos entre unos 18 y 25 años, glamorosos, exóticos y exhuberantemente atractivos (tanta cosa para decir que estaban bien buenos).

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!Puchis! al principio estaba algo brava porque me habían asignado casi el último asiento del avión, pero luego bendije mi suerte porque desde allí, el espectáculo fue de maravilla. Ni siquiera sentí el vuelo, ni la incomodidad de viajar en un McDonald Douglas 88, por lo mismo una nave pequeña. !Ja, ya vas!

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No se imaginan la clase de alboroto disimulado que armaron estos jovencitos. Los sobrecargos, eran dos viejos gays de lo más nice, estaban dándose la grande con los italianitos y con ellos, yo también con mi camarita imaginaria tomaba la película aguantándome la risa. Creo que ha sido el vuelo donde más mujeres se han levantado a orinar. Damas de todas las edades, no desaprovechaban ocasión para pasar al lado de los futbolistas.

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El ritual femenino era el mismo cada vez: Se paraban, se componían el pelo y caminaban por el pasillo moviendo el trasero y lanzando miradas a los "papacitos". Ellos, creo que se las sabían todas y, como acostumbrados a armar ese tipo de regocijos, respondían dulcemente a las sonrisas de las mujeres. Lo lindo era cuando alguno de ellos se paraba, eso era todo un show. Y es que tenían un garbo al caminar que más que futbolistas parecían modelos de pasarela. Es que muchos italianos se destacan por la mirada; no sé si son los mismos ojos o su forma de ver.

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¿Y los sobrecargos, que les conté? !Ja! Esos no desaprovechaban oportunidad para acercarse a los muchachones. El servicio estuvo como nunca. Pasaron 3 veces el carrito de golosinas y bebidas. Pero cosa jamás antes vista por mi, fue que pusieron todo en canastitos y a cada rato, pasaban ofreciendo alguito.

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Yo sentada hasta atrás, tomando nota de todo y los sobrecargos se dieron cuenta que esta servilleta, pícaramente, les estaba controlando las vueltas, por lo que se no tuvieron de otra que sonreirme y hacerme el comentario de lo hermosos que estaban los italianos. Finalmente, los 3 tifose (ellos y yo), nos convertimos en cómplices de no perder detalle. Ellos mismos me averiguaron que se trataba de un grupo de pre-seleccionados que andaban en un viaje educativo.

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!Ay, yo les enseño lo que quieran! pensé. Y como siempre he dicho, aunque sea de masajista la paso (jajajaja...aunque sea, ¿verdad?). Lo realmente emocionante fue al aterrizar, porque todas las mujeres nos quedamos sentadas y dejamos pasar a los futbolistas, que uno por uno, se despedían de nosotras con una sexy mirada y una sonrisa. !Ayayayay! Una instantánea de sueños.

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Y me pregunto ¿por qué con tanta tecnología, a ninguna se le ocurría tomarse una foto con uno de éstos? Me di cuenta que aún hay timidez en el mundo. Pero yo no muchá, al salir vi que ellos iban en viaje de conexión y se quedaron en una salita por donde pasé también. Me vieron, les sonreí y me dijeron !Ciao!

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!Chupunglún! me hizo el corazón. Siempre he dicho, a mi no me gusta el futbol, sino los futbolistas. Va pues, y yo que pensaba dormirme en el vuelo... me vine deleintándome con los italianos y escribiendo este post.

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En el Mundial de 1990 me enamoré perdidamente de Walter Zenga, el portero de la selección italiana y desde entonces, me volví tifosa, no sólo de los Azzurri, sino también del Inter de Milán. Hasta llegué a tener una foto autografiada del arquero, que todavía guardo en mis haberes. En mi visita por esa bella ciudad, no se me olvidó traerme mi camisola de portera, aunque ya no fue de Zenga, porque no jugaba más. En otra ocasión, pude ver de bieeeeeeeen lejos, a Del Piero entrenando (me dijeron que era él pues), en el Estadio de la Juve en Turín, porque un mi amigo a regañadientes, me llevó.

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Foto de Alessandro del Piero: www.chueca.com/fotos/200206/27134201.htm