LINDOS CHIQUILLOS, ¿QUE HICIMOS DE NUESTRA TIERRA?
Ahora que la mayoría de los blogueros nos hemos pasado a la era del famoso Facebook, a veces se puede agarrar vicio con la onda esa de "¿Qué estás pensando?" y nos da por postear inquietudes, pareciera que la ciber-cultura (y a saber quiénes más), quisieran escudriñar hasta en nuestros más profundos pensamientos...y a veces lo logran.
Hay allí una página muy interesante que se llama NOSTALGIA, cuyo administrador se pasa creo que todo el día, buscando esos videos de programas antiguos, de cuando éramos chirices...y nos hace recordar los momentos tan hermosos de nuestra niñez. Hace poco subió un video que volví a ver hace un par de años, en el Blog de GUATE EN LOS 80´s. Se trata del comercial de Campero, aquél que decía algo así:
Chiquillo, mirar de mañana y cielo abierto
Hombre, promesa y esperanza del futuro
Para tí, nuestros fértiles campos y verdes montañas
El grano vital que ha de nutrirte
y el árbol plantado que crecerá contigo
Chiquillo, lindo chiquillo que endulzas el corazón
¡Tú eres Guatemala!
Y luego cantaban la cancioncita: Cantemos a Guatemala, linda y amada tierra que nos vio nacer, porque juntos haremos una gran nación.
¡¡Puts, dijo la María!! Se me hizo un nudo en la garganta, muchá. No sólo porque me trajo tantos recuerdos de mi infancia, sino porque ¿Yo y cuántos más éramos los chiquillos de ese tiempo? A nosotros fue dedicado ese comercial tan hermoso, donde ponían en nuestras manos (aunque sea hipotéticamente) las verdes montañas de Guatemala, los árbolos con quienes crecimos juntos. En nuestras manos estuvo un día el futuro de nuestra patria y la confianza en que haríamos de ella, una gran nación.
Qué triste ustedes pero lamentablemente, o sólamente vimos el comercial por el lado de irnos a tipujear un menú Campero, o simplemente nos pasamos por ya saben dónde, la esperanza que nuestros padres y abuelos tenían en nosotros. Y sobre todo, el país que nos estaban heredando. Sé que era un simple comercial de televisión, pero fue bien elocuente y muy bien hecho, a mi parecer. Simple publicidad, marketing, como sea, me parece que logró traducir el sentir de muchos padres.
Me dicen que ese anuncio de Campero era más o menos de mediados de los 70´s. ¡Púchica, por poco salgo yo también allí! Cúantos éramos niños en ese entonces, chiquillos, lindos chiquillos. Cuando el dólar y el quetzal estaban al 1 x 1. Cuando podíamos jugar en la calle sin miedo a que nos secuestraran; cuando nos íbamos a barranquear y a atravesarnos ríos sin ningún adulto acompañándonos. Cuando podíamos regresar caminando y solitos del colegio o la escuela. Cuando podíamos confiar en la mayoría de personas.
Muchá ¿qué hicimos de Guatemala?, ¿por qué hemos dejado que nos la golpeen tanto? Y no nos hagamos los quites, porque 10 ó 12 años después, nosotros fuimos los "lindos chiquillos" que empezamos a votar por los gobernantes que desde hace más de 20 años, no han podido poner un alto a la delincuencia y a la inflación.
Viéndolo bien, muchos de los que están en el gobiernos ahora, fueron también esos "lindos chiquillos" de aquel entonces.
Y es que a la larga, tiene tanta culpa el gobernante, como el que lo sube al guayabal. Nosotros, los "lindos chiquillos" fuimos los que permitimos que se sentaran en la silla presidencial: Vinicio Cerezo, Serrano Elías, Alvaro Arzú, Alfonso Portillo y Alvaro Colom...
¡Qué lindos verdad, muchá!...pero nos llenamos la boca exigiendo que las cosas se compongan, cuando hemos sido nosotros mismos los que hemos puesto nuestra confianza en las personas no idóneas. Hemos permitido las maras, los secuestros, la hueviadera, la inseguridad, el alto costo de la vida...
Claro está que nuestros padres y abuelos, nos dieron pacha en medio de la guerra interna y de muchas injusticias y masacres. En medio de golpes de Estado, bombazos y terrorismo. Pero entre ellos y "los lindos chiquillos", logramos firmar la paz. Ese es un punto a nuestro favor.
A lo que quiero llegar es que nuestros padres y abuelos, nos entregaron un país con muchos problemas, pero una tierra donde aún había infinidad de árboles, ahora la tala inmoderada, pasó a ser un caos y cientos de acres de selva pelada. Los cerros eran verdes, ahora colorean de casas de block. Las montañas se pintaban de sembradillos hermosos, ahora miles de campesinos se han mudado a la capital y a los Estados Unidos, por la falta de apoyo y el abandono que les desespera.
Y del desempleo, mejor ni hablemos...
Los ladrones, no pasaban de ser simples carteristas de camioneta, ahora les hemos permitido que se conviertan en "crimen organizado". ¡Qué barbaridad!
Ah, y también nosotros permitimos que el Pollo Campero, pasara de ser comida popular, a ser gusto de lujo con esos precios por las nubes. ¡Otra tapada!
Mi pregunta es otra vez, ¿Qué hemos hecho de Guatemala, muchá? Creo que no escuchamos el anhelo de que hiciéramos de nuestra tierra una gran nación. Parece que les quedamos algo mal. Unos ni siquiera pensaron en luchar y zarparon. Otros, desistimos de luchar y nos largamos a buscar otras oportunidades, y otro tremendo grupo se quedó en Guate, diciendo AMÉN a todo. Pocos se quedaron para seguir inviertiendo y trabajando por Guatemala, a pesar de todo.
Y esta es una historia que a lo mejor, pueda sonar familiar en muchos países de Latinoamérica, donde en lugar de ir para adelante, se va para atrás.
Tal vez el poema del comercial de uno de los restaurantes guatemaltecos con el que más nos identificamos los chapines (no todos, claro) dentro y fuera del país, nos habló muy dulcemente. Tal vez hubiese sido mejor que nos hablaran de otro modo, o más directamente, no poniéndonos de distractor a una pierna de pollito campero y unas papitas fritas.
Tal vez en lugar de llamarnos "lindos chiquillos, promesas del futuro", hubiéramos entendido más si el poema dijera: ¡Patojos cerotes, muevan el fundío, pónganse las pilas que Guatemala los necesita!
Estábamos tan confiados con la Guatemala que encontramos al nacer y lo poco que se fue arreglando, que nos cruzamos de brazos.
Ya no somos unos niños, ni siquiera patojos cerotes. Qué lástima, no cuidamos Guatemala y ahora, ya vamos para viejos y nos queda la incertidumbre a lo mejor de ¿qué clase de país le vamos a dejar a los que ahora son nuestros lindos chiquillos?
¿O será que ya ni siquiera nos importa?
Chiquillo, mirar de mañana y cielo abierto
Hombre, promesa y esperanza del futuro
Para tí, nuestros fértiles campos y verdes montañas
El grano vital que ha de nutrirte
y el árbol plantado que crecerá contigo
Chiquillo, lindo chiquillo que endulzas el corazón
¡Tú eres Guatemala!
Y luego cantaban la cancioncita: Cantemos a Guatemala, linda y amada tierra que nos vio nacer, porque juntos haremos una gran nación.
¡¡Puts, dijo la María!! Se me hizo un nudo en la garganta, muchá. No sólo porque me trajo tantos recuerdos de mi infancia, sino porque ¿Yo y cuántos más éramos los chiquillos de ese tiempo? A nosotros fue dedicado ese comercial tan hermoso, donde ponían en nuestras manos (aunque sea hipotéticamente) las verdes montañas de Guatemala, los árbolos con quienes crecimos juntos. En nuestras manos estuvo un día el futuro de nuestra patria y la confianza en que haríamos de ella, una gran nación.
Qué triste ustedes pero lamentablemente, o sólamente vimos el comercial por el lado de irnos a tipujear un menú Campero, o simplemente nos pasamos por ya saben dónde, la esperanza que nuestros padres y abuelos tenían en nosotros. Y sobre todo, el país que nos estaban heredando. Sé que era un simple comercial de televisión, pero fue bien elocuente y muy bien hecho, a mi parecer. Simple publicidad, marketing, como sea, me parece que logró traducir el sentir de muchos padres.
Me dicen que ese anuncio de Campero era más o menos de mediados de los 70´s. ¡Púchica, por poco salgo yo también allí! Cúantos éramos niños en ese entonces, chiquillos, lindos chiquillos. Cuando el dólar y el quetzal estaban al 1 x 1. Cuando podíamos jugar en la calle sin miedo a que nos secuestraran; cuando nos íbamos a barranquear y a atravesarnos ríos sin ningún adulto acompañándonos. Cuando podíamos regresar caminando y solitos del colegio o la escuela. Cuando podíamos confiar en la mayoría de personas.
Muchá ¿qué hicimos de Guatemala?, ¿por qué hemos dejado que nos la golpeen tanto? Y no nos hagamos los quites, porque 10 ó 12 años después, nosotros fuimos los "lindos chiquillos" que empezamos a votar por los gobernantes que desde hace más de 20 años, no han podido poner un alto a la delincuencia y a la inflación.
Viéndolo bien, muchos de los que están en el gobiernos ahora, fueron también esos "lindos chiquillos" de aquel entonces.
Y es que a la larga, tiene tanta culpa el gobernante, como el que lo sube al guayabal. Nosotros, los "lindos chiquillos" fuimos los que permitimos que se sentaran en la silla presidencial: Vinicio Cerezo, Serrano Elías, Alvaro Arzú, Alfonso Portillo y Alvaro Colom...
¡Qué lindos verdad, muchá!...pero nos llenamos la boca exigiendo que las cosas se compongan, cuando hemos sido nosotros mismos los que hemos puesto nuestra confianza en las personas no idóneas. Hemos permitido las maras, los secuestros, la hueviadera, la inseguridad, el alto costo de la vida...
Claro está que nuestros padres y abuelos, nos dieron pacha en medio de la guerra interna y de muchas injusticias y masacres. En medio de golpes de Estado, bombazos y terrorismo. Pero entre ellos y "los lindos chiquillos", logramos firmar la paz. Ese es un punto a nuestro favor.
A lo que quiero llegar es que nuestros padres y abuelos, nos entregaron un país con muchos problemas, pero una tierra donde aún había infinidad de árboles, ahora la tala inmoderada, pasó a ser un caos y cientos de acres de selva pelada. Los cerros eran verdes, ahora colorean de casas de block. Las montañas se pintaban de sembradillos hermosos, ahora miles de campesinos se han mudado a la capital y a los Estados Unidos, por la falta de apoyo y el abandono que les desespera.
Y del desempleo, mejor ni hablemos...
Los ladrones, no pasaban de ser simples carteristas de camioneta, ahora les hemos permitido que se conviertan en "crimen organizado". ¡Qué barbaridad!
Ah, y también nosotros permitimos que el Pollo Campero, pasara de ser comida popular, a ser gusto de lujo con esos precios por las nubes. ¡Otra tapada!
Mi pregunta es otra vez, ¿Qué hemos hecho de Guatemala, muchá? Creo que no escuchamos el anhelo de que hiciéramos de nuestra tierra una gran nación. Parece que les quedamos algo mal. Unos ni siquiera pensaron en luchar y zarparon. Otros, desistimos de luchar y nos largamos a buscar otras oportunidades, y otro tremendo grupo se quedó en Guate, diciendo AMÉN a todo. Pocos se quedaron para seguir inviertiendo y trabajando por Guatemala, a pesar de todo.
Y esta es una historia que a lo mejor, pueda sonar familiar en muchos países de Latinoamérica, donde en lugar de ir para adelante, se va para atrás.
Tal vez el poema del comercial de uno de los restaurantes guatemaltecos con el que más nos identificamos los chapines (no todos, claro) dentro y fuera del país, nos habló muy dulcemente. Tal vez hubiese sido mejor que nos hablaran de otro modo, o más directamente, no poniéndonos de distractor a una pierna de pollito campero y unas papitas fritas.
Tal vez en lugar de llamarnos "lindos chiquillos, promesas del futuro", hubiéramos entendido más si el poema dijera: ¡Patojos cerotes, muevan el fundío, pónganse las pilas que Guatemala los necesita!
Estábamos tan confiados con la Guatemala que encontramos al nacer y lo poco que se fue arreglando, que nos cruzamos de brazos.
Ya no somos unos niños, ni siquiera patojos cerotes. Qué lástima, no cuidamos Guatemala y ahora, ya vamos para viejos y nos queda la incertidumbre a lo mejor de ¿qué clase de país le vamos a dejar a los que ahora son nuestros lindos chiquillos?
¿O será que ya ni siquiera nos importa?
(Le agarró la seriedad a la Chachi, muchá).
Comercial creado para Pollo Campero. por Publicentro, con la voz de Manuel Morales.
Gracias Herbert Toarspen
Etiquetas: Chachi Chiquita., Siempre Guate