BABOSADAS MIAS Y DEMAS HIERBAS

LA CHACHI, ALOCADA PERIODISTA MUY CHAPINA

24 octubre 2010

LINDOS CHIQUILLOS, ¿QUE HICIMOS DE NUESTRA TIERRA?



Ahora que la mayoría de los blogueros nos hemos pasado a la era del famoso Facebook, a veces se puede agarrar vicio con la onda esa de "¿Qué estás pensando?" y nos da por postear inquietudes, pareciera que la ciber-cultura (y a saber quiénes más), quisieran escudriñar hasta en nuestros más profundos pensamientos...y a veces lo logran.

Hay allí una página muy interesante que se llama NOSTALGIA, cuyo administrador se pasa creo que todo el día, buscando esos videos de programas antiguos, de cuando éramos chirices...y nos hace recordar los momentos tan hermosos de nuestra niñez. Hace poco subió un video que volví a ver hace un par de años, en el Blog de GUATE EN LOS 80´s. Se trata del comercial de Campero, aquél que decía algo así:

Chiquillo, mirar de mañana y cielo abierto
Hombre, promesa y esperanza del futuro
Para tí, nuestros fértiles campos y verdes montañas
El grano vital que ha de nutrirte
y el árbol plantado que crecerá contigo

Chiquillo, lindo chiquillo que endulzas el corazón

¡Tú eres Guatemala!

Y luego cantaban la cancioncita:
Cantemos a Guatemala, linda y amada tierra que nos vio nacer, porque juntos haremos una gran nación.

¡¡Puts, dijo la María!! Se me hizo un nudo en la garganta, muchá. No sólo porque me trajo tantos recuerdos de mi infancia, sino porque ¿Yo y cuántos más éramos los chiquillos de ese tiempo? A nosotros fue dedicado ese comercial tan hermoso, donde ponían en nuestras manos (aunque sea hipotéticamente) las verdes montañas de Guatemala, los árbolos con quienes crecimos juntos. En nuestras mano
s estuvo un día el futuro de nuestra patria y la confianza en que haríamos de ella, una gran nación.

Qué triste ustedes pero lamentablemente, o sólamente vimos el comercial por el lado de irnos a tipujear un menú Campero, o simplemente nos pasamos por ya saben dónde, la espe
ranza que nuestros padres y abuelos tenían en nosotros. Y sobre todo, el país que nos estaban heredando. Sé que era un simple comercial de televisión, pero fue bien elocuente y muy bien hecho, a mi parecer. Simple publicidad, marketing, como sea, me parece que logró traducir el sentir de muchos padres.

Me dicen que ese anuncio de Campero era más o menos de mediados de los 70´s. ¡Púchica, por poco salgo yo también allí! Cúantos éramos niños en ese entonces, chiquillos, lindos chiquillos. Cuando el dólar y el quetzal estaban al 1 x 1. Cuando podíamos jugar en la calle sin miedo a que nos secuestraran; cuando nos íbamos a barranquear y a atravesarnos ríos sin ningún adulto acompañándonos. Cuando podíamos regresar caminando y solitos del colegio o la escuela.
Cuando podíamos confiar en la mayoría de personas.

Muchá ¿qué hicimos de Guatemala?, ¿por qué hemos dejado que nos la golpeen tanto? Y no nos hagamos los quites, porque 10 ó 12 años después, nosotros fuimos los "lindos chiquillos" que empezamos a votar por los gobernantes que desde hace más de 20 años, no han podido poner un alto a la delincuencia y a la inflación.


Viéndolo bien, muchos de los que están en el gobiernos ahora, fueron también esos "lindos chiquillos" de aquel entonces.


Y es que a la larga, tiene tanta culpa el gobernante, como el que lo sube al guayabal. Nosotros, los "lindos chiquillos" fuimos los que permitimos que se sentaran en la silla presidencial: Vinicio Cerezo, Serrano Elías, Alvaro Arzú, Alfonso Portillo y Alvaro Colom...


¡Qué lindos verdad, muchá!...pero nos llenamos la boca exigiendo que las cosas se compongan, cuando hemos sido nosotros mismos los que hemos puesto nuestra confianza en las personas no idóneas
. Hemos permitido las maras, los secuestros, la hueviadera, la inseguridad, el alto costo de la vida...

Claro está que nuestros padres y abuelos, nos dieron pacha en medio de la guerra interna y de muchas injusticias y masacres. En medio de golpes de Estado, bombazos y terrorismo. Pero entre ellos y "los lindos chiquillos", logramos firmar la paz. Ese es un punto a nuestro favor.


A lo que quiero llegar es que nuestros padres y abuelos, nos entregaron un país con muchos problemas, pero una tierra donde aún había infinidad de árboles, ahora la tala inmoderada, pasó a ser un
caos y cientos de acres de selva pelada. Los cerros eran verdes, ahora colorean de casas de block. Las montañas se pintaban de sembradillos hermosos, ahora miles de campesinos se han mudado a la capital y a los Estados Unidos, por la falta de apoyo y el abandono que les desespera.

Y del desempleo, mejor ni hablemos...

Los ladrones, no pasaban de ser simples carteristas de camioneta, ahora les hemos permitido que se conviertan en "crimen organizado". ¡Qué barbaridad!


Ah, y también nosotros permitimos que el Pollo Campero, pasara de ser comida popular, a ser gusto de lujo con esos precios por las nubes. ¡Otra tapada!


Mi pregunta es otra vez, ¿Qué hemos hecho de Guatemala, muchá? Creo que no escuchamos el anhelo de que hiciéramos de nuestra tierra una gran nación. Parece que les quedamos algo mal.
Unos ni siquiera pensaron en luchar y zarparon. Otros, desistimos de luchar y nos largamos a buscar otras oportunidades, y otro tremendo grupo se quedó en Guate, diciendo AMÉN a todo. Pocos se quedaron para seguir inviertiendo y trabajando por Guatemala, a pesar de todo.

Y esta es una historia que a lo mejor, pueda sonar familiar en muchos países de Latinoamérica, donde en lugar de ir para adelante, se va para atrás.

Tal vez el poema del comercial de uno de los restaurantes guatemaltecos con el que más nos identificamos los chapines (no todos, claro) dentro y fuera del país, nos habló muy dulcemente. Tal vez hubiese sido mejor que nos hablaran de otro modo, o más directamente, no poniéndonos de distractor a una pierna de pollito campero y unas papitas fritas.


Tal vez en lugar de llamarnos "lindos chiquillos, promesas del futuro", hubiéramos entendido más si el poema dijera: ¡Patojos cerotes, mueva
n el fundío, pónganse las pilas que Guatemala los necesita!

Estábamos tan confiados con la Guatemala que encontramos al nacer y lo poco que se fue arreglando, que nos cruzamos de brazos.

Ya no somos unos niños, ni siquiera patojos cerotes. Qué lástima, no cuidamos Guatemala y ahora, ya vamos para viejos y nos queda la incertidumbre a lo mejor de ¿qué clase de país le vamos a dejar a los que ahora son nuestros lindos chiquill
os?

¿O será que ya ni siquiera nos importa?


(Le agarró la seriedad a la Chachi, muchá).




Comercial creado para Pollo Campero. por Publicentro, con la voz de Manuel Morales.
Gracias Herbert Toarspen

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09 octubre 2010

PÚCHICA, YO NO DESCIENDO DEL MONO. ¡SERÁ SU ABUELO!

La semana pasada nos fuimos con el Negris al American Museum of Natural History de Nueva York. ¡Chulada!, como dicen por allá por donde yo. Allí nos pasamos la tarde viendo aquella gran cantidad de juguetíos que han puesto los gringos para explicar el origen de las especies. Y digo juguetes, porque yo creo, y no lo estoy afirmando en ningún momento, que además de todos los animales disecados y las réplicas que se exponen, también las osamentas de los dinosaurios no son más que de yeso y plástico.

Como dijo un mi tío abuelo de allá por Asunción Mita, cuando vio por primera vez una Rockola. La examinó bien de lado a lado y luego, algo bravo concluyó: "¡Já!, y creen que yo soy bruto. Un hombre está metido allá adentro con una guitarra, echando punta".

Bueno, de algún lado tuve que heredar el escepticismo periodístico...

Pero siguiendo con nuestra visita al Museo, les decía que esas osamentas de los dinosaurios de al tiro como que no me convencieron mucho que digamos. Están demasiado perfectas y con un su colorcito que no me termina de gustar. Están tan bien armadas, que lo más seguro es que agarraron los pedazos que han encontrado y luego los completaron sintéticamente. Y los hallazgos completos, lo más seguro (para mí) es que los tienen bien guardados y los expuestos son puros juguetes gigantes.

Bien, pero esa es una impresión muy personal. Tendría que platicar con el Dr. Ian Tattersall para que me convenciera de lo que allí vi. Pero imagino que al ser un científico de gran talla, va a querer explicarme tanto, que me voy a quedar igualmente en la mera luna.

Ah sí, alli también vimos piedras que dicen que trajeron de la luna, muestras de meteoritos, fotos lunares y hasta una lica sobre el Big Bang, bastante interesante, pero, como siempre sin manera de comprobación. Vimos una colección espectacular de todos los minerales existentes en la tierra, incluso oro y diamantes. Eso sí no era plástico, ustedes. Porque hasta se pueden tocar algunos. Bello, bello.

Pero entre todo eso, también me fui a re-encontrar con la vieja y conocida Teoría de la Evolución Natural, tan dignamente casi resuelta por el insigne Charles Darwin, quien después de tanto darle vuelta al asunto, se quedó con un conjunto de hipótesis muy aceptables, pero que otros científicos tomaron de base y se encargaron de desarrollar, hasta llegar a la conclusión, en teoría también, de que los gorilas, chimpancés y los orangutanes, son nuestros parientes lejanos...¡su abuelo!..Porque yo me rehuso a creer semejante cosa.

Yo sé que al ponerme a hablar a estas alturas del origen de la humanidad, no estoy descubriendo nada nuevo. Eso es más viejo que el olor sui géneris del fondillo. Pero, es que me indigna y me pega en los meros huesos, eso de pensar que según la teoría evolutiva, mi bisabuelo era un poquito más mono que yo. Y entonces, mis tarara-nietos van a ser un poco menos simios. ¡Tá jodido!

Ya sé, ya sé, que según descubrimientos (para nada nuevos), existieron los famosos Homo Erectus y otro montón como el Hombre de Neardenthal que según los que saben de eso, estuvieron en la tierra hace más de 90,000 años. ¡Újules, eso es hace mucho!. Lo que sí quisiera aprender es como los científicos llegan a concluir exactamente el tiempo que tienen las osamentas y demás hallazgos. Eso del 14C y los isótopos, me parece algo extraordinario.

Pero de todos modos, los científicos afirman y dan por sentadas teorías, que al final nos toca aceptar porque no sabemos cómo demostrar lo contrario. No tenemos de otra que quedarnos con lo que nos dicen, porque al menos yo no tengo ni tiempo, ni interés en ponerme a averiguar cómo bajar del pedestal sus famosas aseveraciones. Que finalmente llegan a concluir en que hay un eslabón perdido. ¡Valiente ciencia!

Cierto es que los monos se parecen a nosotros los humanos... y que muchos humanos se parecen a los monos...pero de eso a que descendamos de ellos...Nel pastel.
Al menos yo, NO.

Creo que esos Habilis, Erectus, Australopitecus, Neardenthales, De Flores y demás seres que dicen son antepasados humanos, fueron a lo mejor, otras especies paralelas y no ascendientes nuestros. Es mi humilde y nada científica opinión.


Y si nos ponemos a analizar la teoría evolutiva, basada por supuesto en que el origen de la humanidad fueron una especie de primates que pasaron por varias transformaciones, durante millones de millones de años
(repito en mi opinión), se llega a una conclusión en cierta forma racista y dando lugar a pensamientos aberrantes en busca de la especie perfecta. Pero ese es un tema en el que no quiero ahondar.

Bueno, como hay libre emisión del pensamiento, es aceptable que cada quien quiera demostrar o escoger la teoría de su origen y hasta hacer investigaciones científicas, para llegar a conclusiones que algunos aceptarán y otros no. Esa es la verdadera historia y naturaleza de la humanidad, la variedad de puntos de vista con sus tolerancias e intolerancias.

Y para todo aquél que cree en la teoría de la evolución y por lo tanto, que desciende del mono, aquí le dejo esta fotita que tomé en el Museo Americano de Historia Natural, para que se vayan buscando parecidos o identificando parentescos.


En lo personal, yo seguiré creyendo que el ser humano fue creado a imagen y semejanza de Dios, tal y como somos ahora.

¡Ah! y que las osamentas del Museo Estanzuela en Zacapa, Guatemala, son más reales que las que vimos aquí en los niuyores.




Fotos:
Darwin y la Teoría de la Evolución: wikipedia.com
Homo Erectus: CHC. Museo Americano de Historia Natural, NY