BABOSADAS MIAS Y DEMAS HIERBAS

LA CHACHI, ALOCADA PERIODISTA MUY CHAPINA

29 enero 2007

Y EL TAVO METIO LAS PATAS

Hay gente como que nació para hacernos reír con sus ocurrencias. Yo conozco al Tavo, quien ahora ya está veterano, pero yo diría que se quedó como niño. Por una parte eso es bueno, porque hace o se avienta cada charada y se queda como si nada. Pareciera que toda lo que hace, fuera normal para él. A la Seven Up, le dice ZUP, porque cree que el 7 ese grandote que le ponen al envase, es una "Z". .Ya el .Zorro, pues.
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Era algo regordete, porque siempre ha amado tanto la comida, que hasta la trata con cariñito: el arrocito, los frijolitos, las tortillitas, etc. Su dicho es “No hombre vos, hombre, uno sin comer no es nada”. Nunca se casó, pero toda la vida creyó que una patoja estaba enamorada de él, porque ella una vez, le regaló un banano... Ay qué ternura.
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Le encanta el futbol y le va al Municipal, pero cuando juega chamuscas es bien shuco, porque mete zancadilla y se echa un pujido como de mambo, cada vez que patea la pelota; digo yo que es una su táctica para asustar al oponente...Pero, a saber.
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El otro día, sólo llegó a enemistar a sus sobrinos con los vecinos. Le repitió un par de veces a un señor, los “buenos días”, pero como no le contestó, le gritó:
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- ¡MALEDUCADO, VIEJO CEROTE!.
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Lo que pasa es que el pobre cliente estaba sordo y de espaldas. Pero la maltratada sí la escuchó bien. ...Ya así gritado, ni modo. Al siguiente día, los familiares del señor amanecieron bien bracas con lo sobrinos del Tavo, porque, según ellos, de la nada llegó a maltratar...¡Pobres!
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Me cuentan que hace años, vivía con su papá y su hermana en una casita de esas de colonia, que tienen un jardín en frente, como en bajadita hasta la acera. Tavo salía en su moto todos los días alrededor de las 3:10 AM, porque trabajaba repartiendo periódico a suscriptores del El Gráfico. Era la madrugada del 4 de febrero de 1976 y como siempre, se levantó una hora antes, para lavarse su carita, tomarse su lechita y comerse unos sus 5 quetzales de panito de manteca. Es que estaba un poco a dieta.

A eso de las 3:00, salió a encender la moto y cuando se disponía a regresar a traer su refacción, empezó a temblar la tierra. Con el gran movimiento, la puerta de la casa se cerró y Tavo se quedó en la calle. Fue para volverse loco el pobre, se agarró del balcón de la ventana y empezó a gritar:
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- ¡ABRANME LA PUERTA, ME QUIERO MORIR CON USTEDES ALLA ADENTRO!
Ah puchis, como si los de adentro querían pelar rata y no estarían pensando mejor en salir. Tan atarantado.

A saber cuáles eran las penas de su papá y su hermana, entre todo el merequetengue del terremoto, que no abrían la puerta, por lo que el Tavo, quien ya estaba agarrado del balcón, nadie sabe por qué jodidos dispuso meter los pies para, prácticamente, colgarse del mismo.
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Y allí estaba Tavo pura garrapata, encaramado en el balcón mientras sentía que el cielo y la tierra se iban a juntar. Dicen que pegaba unos gritotes que parecían mujidos de vaca perdida. 
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Debido al gran movimiento y, sobre todo, al peso de sus nalgotas, el balcón comenzó a desgarrarse, pero ni así se bajaba. Entonces, sólo se escuchó un tremendo crujido del pobre balcón, que no pudo más y con todo y Tavo, se vino rodando por toda la bajadita, como que era el tíbiri-tábara. Se pasó llevando todas las macetas y eso era un ruidalón. Lo que lo salvó fue ir a topar a la moto encendida.

El terremoto pasó y la calle se llenó de gente asustada. Tavo aún no reaccionaba, enredado entre el balcón, las flores y las ruedas de la moto dando vueltas. Al ver que salieron su papá y su hermana, se logró levantar todo hecho huevo y todavía, alegando porque no le habían abierto la puerta, para entrar a morirse junto con ellos. La reacción de su hermana fue sólo decirle: 

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 - ! TAVO, MULA !
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Todos miraban el balcón a media calle y pensaban que el terremoto lo había botado, aunque era algo raro, porque la fachada de la casa estaba en buen estado. Más tarde confesó la travesura, porque algunos lo vieron, pero nadie supo por qué fregados el Tavo, para salvarse del terremoto decidió, literalmente, meter las patas y colgarse del balcón. Y tantos años después, él no ha querido decir la razón.
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¿Ustedes podrían adivinar por qué tomaría tan extraña decisión?

Así me lo contaron, aunque hay varias versiones entre su familia. El nombre se ha cambiado para cuidar la identidad del protagonista y de sus familiares, que viven penando por sus metidas de pata. Pero a mi me cae muy bien el Tavo.
Foto: www.starpulse.com

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22 enero 2007

DE GOMA CON CHENTE

Mencionó un sabio que todo lo que el ser humano hace, entiendo como trabajar y distraerse, es para olvidarse de la muerte. ¡Diá! dirían allá por Mita, a lo mejor no es paja. Eso de estar pensando en la pelona como que no es muy saludable. Mejor dedicarse al capirucho, trompo y al yo-yo, entre otras cosas, verdad.

Digamos que para olvidarnos de la muerte, dispusimos con unas amigas, ir a ver a Vicente Fernández que se presentó en el Estadio Mateo Flores (o Doroteo Guamuch, como querían ponerle el otro día). Iba a cantar, Chente pues no don Teo, junto a su hijo el Potrillo, que dicho sea de paso, tiene muy buen fundío. Puchis salió en verso, ve.

Bueno, nosotras nos armamos con chumpas, bolsas de basura de esas negras y una botella de Chivas, por aquello de la lluvia y el frío. Nos fuimos en taxi que nos dejó en la bajadita del Inguat donde había un montón de champitas de comida. En eso, nos acordamos que no dejan entrar botellas al estadio. -¿Y ahora? –dijimos todas- ¿dónde nos guardamos la botellita? Pues no hubo de otra que echarle al sacrificio y rempujárnosla antes de entrar. Y como todavía era tempranón nos instalamos en una de esas champas, debajo de un nylon... y allí dicen aquellas a servir cada tragón de medio vaso y puro. Púchica, quería huesos tomarse eso. Pero así con el friíto, como que no se sentía.

Yo le di unos cuantos traguitos y cuando ya me empezaba a sentir como recién bajada de aquella rueda del Pulpo, les dije que mejor comiéramos para que no nos agarrara tanto. Por eso me levanté y me fui a comprar unos choripanes (Va la publi de gorra para Los Gauchitos). La primera vez, llegué y le dije al cliente: “Déme 5 choripanes por favor". Me acuerdo bien.

Después nos dio más hambre y más bolencia. Otra vez me fui a comprar choripanes, es que estaban muy chiquitos. Ahora, le dije al chavo, un poco con dificultad: “Mirá, dame otros shoripanes, pero hacémelos mas crandecitos, oiste”. ¡Ja, ya tratándolo de vos! No se por qué el cuate estaba moviéndose mucho, por ratos hasta se ponía de medio lado. A saber cómo podía cocinar así. Ja, ja.
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Dicen que me fui a comprar otra ronda de panes, pero creo que son mertiras, porque yo no me acuerdo bien y eso que solamente me tomé un trago de medio vaso y el otro lo tiré en un arriatío. Nunca he sido buena para el chupe.

Cuando al fin nos fuimos al Estadio, ya no recuerdo cómo me bajé esas gradotas del general, para llegar hasta la gramilla. El asunto es que cuando vine a reaccionar, bajo los chorros de agua estaba yo subida en una silla, envuelta con una bolsa kanguro y gritándole al Alejandro: “!Ayayay papito rico!”. Qué clavón. Ah, pero y qué.

Cantaron un montón de canciones y ya por “La Ley del Monte”, vi que el Chente se estaba empinando una botellona de tequila. Alagrán, dije yo, a ese sí le dejaron entrar su Farolazo y yo me tuve que echar el cuto de wiskil afuera, !qué de a zompopo! Lo malo es que rápido se me pasó la tuza y así como que no les encontré mucho chiste a las rancheras. Aunque allí estaban, los de a sombrero y los de a corbata, todos echándole al caitazo y a la gritazón.

Y puras casacas lo del guaro en el estadio. En bolsitas estaban vendiendo, dizque aguas, pero con pura Indita, digo yo. Pero no le entré. Ni modo, que le hiciera al revoltijo.

Igual, al otro día fue lo jodido con la goma. Como no estoy muy maleada, el dolor de cabeza estuvo fenomenal. Pero pensé que debió haber amanecido peor el Chente, porque tremenda papalina se habrá puesto, con la botella que se metió sin limón, sin sangrita, ni mucho menos choripán.

Y no vayan a creer que soy bola, muchá.


Foto Vicente Fernández: Reuters
www.latino.msn.com

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17 enero 2007

¿ANDIAMO AL CHINEMA?

Tomé el tren desde Torino, donde me fuí platicando en inglés, con un amable caballero árabe, quien al llegar a la estación de Milano, insistió amablemente en comprarme los pasajes del subterráneo. Es que entre todo lo que hablamos, le comenté que quería irme a echar un rol al Duomo. Muy decente el señor y muy elegantón. Al principio pensé que me quería para su harem. Ah ya vas, con eunuco y todo. Pero allí nos despedimos.
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Llegué a esas hermosas calles de Milano, donde no me alcanzaba el pescuezo para ver la impresionante catedral y, entre el vuelo de las palomitas, se me arrimó un papacito lindo, entacuchado, hablándome en italiano. Yo, pues allá con las clases por tele de la Dante Alighieri y la maestra Primorosa del canal 5, poquito le cachaba al fulanito.

¡Ja, el pegue chapín! El muñeco éste me empezó a seguir a todos lados. El Teatro Alla Scala y allí iba el jodido y me pagó el tour. Eso sí me gustó, ni modo. Que al Museo Leonardo Da Vinci y allí iba conmigo. Pero en ese lugar me agarró de la mano, me dijo ¡Súbito! y nos pasamos en un grupo de estudiantes que andaban de excursión. Me hacía reír con su portafolio y su abrigo en la mano, corriendo por el museo y entrando sin pagar. Ah, este es de mi equipo dije yo. Me enseñaba la lengua y me hacía plantas, mero guanaco.
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Les juro que me sentía desconfiada, qué sabía yo quién era ése y qué quería. Yo le decía: - TU PELIGROSO, PELIGROSO. Pero el chavo se reía y me contestaba: - SI, SI - mientras se agarraba los pelos de las manos y se arremangaba el pantalón para enseñarme los de las piernas. Púchica y este qué, decía yo. Lo que pasa es que, él entendía algo así como que yo le estaba diciendo que tenía vellos gruesos o largos. Vaya que no dispuso enseñarme otros pelos.

Me miraba y me decía: - BELLA, BELLA. TUOI OCCHI E TUOI CAPELLI SONO, BELLI, BELLI.
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Eso sí se lo entendí, muchá. Como para que no estuviera yo abriendo más los ojotes y componiéndome las greñas.
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Pero, cuánto más me lo trataba de sacudir, más se pegaba. Fui a comer pizza e gelato. Ah, de los nombres de la trama en italiano sí me acuerdo, es lo primero. Pero allí pegado el muñeco y me pagó la refacción. A estas alturas yo no sabía cuáles eran las intenciones del italianito, pero me senté a darle a algo, porque ya me apretaba la tripa.
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El muy confianzudo, a cada rato me pedía "BACCIO, BACCIO" y se señalaba el chachete. Yo le pasé un vasito, pero se carcajeó y se sirvió un poco de agua. Comiendo, me miró fijamente y oí que me dijo dos veces, todo emocionado "OYI, OYI".
- ¡Puchis y éste! - pensé yo.
Peor, cuando completó la frase y me dice: - ¿OYI, ANDIAMO AL CHINEMA?

Alagrán, allí sí me arralé. De primas, pensé que me estaba haciendo proposiciones indecorosas el fregado. Ya, después, a medias lenguas y a señas, le entendí que era una invitación: “HOY (oggi) VAMOS (andiamo) AL CINE (al cinema)”. Sí hombre.

No le acepté. No fuera a ser que ya en lo obscurito, me dijera más "oyi" y "chinema". ¡Ya papo! y quién me podría asegurar que no era un mafioso o algo así. Yo solita por esos lares tan lejanos, ¿qué hacía si me robaban? Primero el pariente de Alí Babá del tren y después éste milanés con cara de modelito de Armani. ¡Uy no, qué miedo pues!

No dejé que me acompañara más y me le escabullí por una tiendota de discos y libros. Lo engañé, mientras miraba unos de Boccelli, le dije que iba al baño, salí por otra puerta y me fui corriendito.
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Lástima, porque estaba chulo, pero la verdad me dio miedo. Ustedes dirán que me fui porque ya había paseado y comido de gorra. No, ya en serio, hay que tener cuidado. "La pinta es lo de menos", decía la canción.
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Solamente supe que se llamaba Franco. !Ah! y que tenía los pelos gruesos el muchachón hermoso.
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Algunas palabras en italiano están escritas como se oyen, no en su escritura correcta, para hacer entender mejor la historia.

Foto Armani Collezione: www.neimanmarcus.com

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09 enero 2007

EL RULETERO VOLADOR

En esas mis idas para las Europas, decidí volar por una línea aérea española. Ya me habían dicho que me prepara para ver algunas cosas a las cuales no estaría acostumbrada. La verdad no sabía de qué me hablaban mis amigos, pero tal vez fue esto que chotié

Estaba yo en la puerta de embarque, con una bolsa de mano, una revista, mi pasaporte, ticket de abordaje y un reloj nuevo, sentadita como niña bonita, esperando que se anunciara el poder ya abordar el avión. Pensaba en que si estaba frío por allá, me diera por jodida, porque solo llevaba una chumpa que mi hermano me prestó medio bracas. Entonces iba a parecer foto, o en todas las fotos iba a aparecer la misma chumpa, que al final era lo mismo.

Siempre había visto que cuando ya se va dando la hora de embarcar, un patojo encorbatado, con unos galones en los hombros, revisa unos papeles, se hace un poco el bestia por allí y luego, agarra un micrófono que parece de radio de los 50’s y empieza a saludar en inglés. Después comienza a hablar en español y seguidamente llama a abordar empezando por los de First Class, luego las personas con muchachitos chiquitos, ancianos y limitados físicos. Por último, claro el populacho, o sea donde yo viajo siempre.
 

Esta vez el movimiento de los de la línea aérea fue el mismo, pero observé que no se dijo completo el mensaje. Lo más que alcanzó a decir el pobre cuate fue “Señores vamos a proceder a abordar”.
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¡Púchica! En eso se paran los españolitos, que al final eran casi todos los que iban en ese avión y se amontonaron como en entrada de ruletero que va a Jocotales. Allí no hubo llamada por números, mucho menos deferencias por incapacidad, juventud o falta de ella. Eran todos, queriendo entrar por el pequeño pasillo, como si el que llegara de último, le iba a tocar viajar a la ley de Horacio.

Yo, como siempre tratando de ser muy propia, me quedé sentada un rato, con la leve esperanza de que en algún momento se mencionara el número de mi asiento. Pero después de unos minutos y de pescuecear más de una vez hacia la puerta, me resigné y decidí irme a meter también a la molotera.
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¡Ja! Para eso tenía algo de experiencia, tanto viajar en rule allá en Guate: me quedé paradita en medio de la amontonazón, como quien no quiere la cosa, pero así con los codos un poco abiertos, disponiendo en cualquier momento meter zancadilla diagonal, si era necesario. No dejé avanzar a nadie delante de mí y recordé que hay que caminar como pingüino para pasar mas luego y no irse colgando de la puerta.

Llegué a la entradita en medio de la gritadera y empujadera de estos hijos de la madre patria. Aún pensando en lo de siempre, le enseñé al patojo mi pase de abordar con la pregunta educada “¿Será que ya puedo pasar?” A lo que me contestó tirándose una suave carcajada “Usted pase, si puede”. Ya sentía que en una de esas gritaba, “corranse señores que los asientos son de 6”.

Al regreso, se lo conté a mi cuate español, muy querido por cierto y me aclaró que no todos abordan así, pero se moría de la risa el muy majo. Oleeee si pues vos.

Foto:
http://www.geocities.com/CapeCanaveral/Hangar

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04 enero 2007

MI MADRE ES UNA ESTRELLA

Una fotografía de hace 65 años, raída tal vez por el tiempo o por el descuido, muestra a mi madre, de bebé, con los ojos expresivos, en una edad en que la vida está dada a granel y no se tiene ni la menor idea que lo que deparará el destino.
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Un sino lleno de espiritualidad y brillos de estrella. Una mujer que desde niña se roba el corazón de la gente, con una sola sonrisa. Me contaba mi abuelita que cuando nació, traía un velo blanco, del cual la comadrona dijo que la nena, venía con un halo de virtud. Y para nada lo dudo. La señora, dicen, se quedó con el velo para buena suerte en el trabajo de recibir criaturitas.
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Y es que eso es mi madre, una fuente de buenos augurios. Siempre que me ha hecho falta trabajo y estoy sola, es suficiente su presencia para que me lluevan las ofertas. Sólo ella puede hacer eso, ¿cómo? Lo más seguro sea por su inagotable fe.
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De hablar dulce y siempre alegre, llena cada lugar con su presencia. Ella siempre, sin querer, ha sido el centro de las miradas y de las atenciones. Tanto que a los 17 años fue la reina de su pueblo, por su cándida belleza.
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Poetisa innata, escribe y declama con la misma gracia de una princesa de cuentos de hadas. Sus palabras siempre llenas de esperanza han endulzado los oídos de mucha gente, porque quienes la buscan, se quedan con una forma distinta de ver la vida. Es que es medio psicóloga y medio adivina. Sólo le basta ver a los ojos a la gente, para adivinar cuáles son sus penas y les aconseja siempre de una manera acertada.
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Le ha encantado cantar boleros y la música clásica, en especial, le gusta el Engelberg Humperdink, con sus canciones de amor. Posee un oído musical extraordinario y exigente, que ha ayudado no sólo a mi hermano, sino a otros artistas a cantar lo mejor que se pueda. De joven, integró un grupo de cantantes que recorrían Guatemala, con la música chapina. Recuerdo una vez, haberla escuchado cantar "Al Partir", acompañada con la marima Chapinlandia.
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Quienes la conocen, nos aseguran que si mi mami se lanzara en alguna candidatura política, seguramente ganaría, porque a donde va hace amigos y se adueña de sus corazones.
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Pienso que nació en el lugar equivocado, porque con esa cara tan linda, esa personalidad arrolladora y esa voz de ángel, mi madre le hubiese dicho !Quitá de all´! a la Angélica María y a Rocío Dúrcal, porque no tenía nada que envidiarles, sólamente la oportunidad.
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Pero eso no le hace, para mí, mi mami linda es toda una estrella. Y es que siempre ha tenido la pinta. Hace algunos años, estaba con mis hermanos, como público, en una entrega de premios en Miami y ella, de repente se desapareció. Cuando la buscaron, después de mucho rato, una persona de seguridad se acercó a ellos y les dijo que una señora de "backstage", los mandaba llamar. Un tanto deconcertados fueron a ver y allí estaba mi viejita, con gafete y todo, compartiendo con todos los artistas internacionales. ¿Cómo le hizo? A saber. Dice que fue al baño, se medio perdió y cuando vio estaba adentro, tras bambalinas. El de seguridad en lugar de sacarla, la vio y le dio un gafete que la dejaba pasar a todos lados. Disimuladamente preguntaron al "security", quién era la señora y él contestó: "No sé, pero por encima se le nota que es una gran artista".
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En los años 90, fue galardonada con la Orden Dolores Bedoya de Molina, reconocimiento que la esposa del presidente otorga a las guatemaltecas honorables que han trabajado por el engrandecimiento de Guatemala, la dignificación de la mujer y el bienestar de los niños.
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Para que vean que también la belleza y el encanto se pueden mezclar con la inteligencia y la bondad.
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Son muchas cosas que yo quisiera escribir sobre mi madre, pero creo que son tantas, que me produce una laguna mental, en donde me bañan de amor tantos recuerdos, sobre todo, muy alegres y divertidos. Ahora, se encuentra en una sala de hospital, luchando, como siempre. Batalla contra la enfermedad de Parkinson, como toda una leona.
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A pesar de estar ahora enfermita, ella es la que me anima. Es tan fuerte su espíritu, que es fácil de notarlo en uno de los tantos poemas que recita con gran pasión, de nombre "Esperanza", que me dicta desde su lecho de enferma. Hoy, ella y yo, deseamos compartir con ustedes este fragmento:
.ESPERANZA
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Que tristeza es mi destino
vivir siempre vivir con la esperanza
sin encontrar jamás en mi camino,
más que zarzas que borren el torbellino
y el porvenir que se hunde en lontananza.

Si por mi senda encuentro
otro errante viajero de la vida,
que en vano espere y que mi mal comprenda,
y que una mano fraternal me tienda...
que pase, sin escuchar mi despedida.

Si el alma con dulzura,
lágrimas tristes apenas vierte
de mis recuerdos en la tumba oscura,
el olvido rechaza mi ternura
y desprecia mis lágrimas la muerte.
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.A veces fatigada
de tanto combatir, bajo la frente
porque débil y humillada me siento.
!Ah! pero al recordar cuánto he luchado
me levanto más grande y más creyente

¿Me vencerá el tormento?
¿Podrá más que mi fe, la dura suerte?
!No! Mi esperanza, mi Dios
prestadme aliento
Y que luchando hasta el postrer momento,
Sólo me venza el golpe de la muerte.



Con todo mi amor, dedico este post, el Blog entero y toda mi existencia a mi madre, mi amiga y compañera. Una mujer excepcional que me ha enseñado a luchar por la vida, sea cual sea la adversidad.
Foto tomada en 1941.

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