BABOSADAS MIAS Y DEMAS HIERBAS

LA CHACHI, ALOCADA PERIODISTA MUY CHAPINA

22 noviembre 2009

2012...¡¡ AH PUCHIS!!

Y recontra ¡Puchis! muchá, ya nos jodimos, porque según los sabios Mayas, los grandes conocedores del tiempo y del espacio, el 21 de diciembre de 2012 vamos a Ixcamic o sea "a parar el caite" pues, a fenecer todos los habitantes de la tierra.

Este "agradable" acontecimiento será debido a una alineación de los planetas que hará que el sol lance sus rayos directos sobre la tierra creando una serie de desastres naturales de lo cual, no saldremos vivos. Qué lindo, ¿verdad?

Según sabemos, los ancestros Mayas inventaron un cálculo del tiempo mejor que el actual, por lo que crearon un calendario casi perfecto y, a través de él, iban profetizando eventos que se repetían a lo largo de la historia. Entre estos grandes acontecimientos se encuentra la ya famosa profecía del fin del mundo.

Movida por esta "tan alentadora" (sí pues) noticia de nuestros ancestrales paisanos, mi afición por lo desconocido y otro poco por pura novelería, nos fuimos a ver la recién estrenada pelicula 2012, que no es más que una probadita de lo que podría pasarnos. Uyuyuy.

La película posee un formato muy parecido al de "Independence Day" y "The Day After Tomorrow", donde una familia común y corriente se ve involucrada en grandes y horrorosos desastres, de los cuales se libran como siempre, por un pelito. Hasta llegar a a momentos extremos de los cuales nosotros los chapines exclamamos un "mucha lica".

Aunque los efectos especiales son maravillosos, especialmente cuando en las noticias de CNN, se ve que el Cristo del Corcovado* se cae en pedazos, ese toque de traiditos que nunca mueren, le quita cierto misterio y realismo al film.

Uno de los momentos más impresionantes para mí, es cuando en medio de una plegaria masiva en Ciudad del Vaticano, la Plaza de San Pedro se empieza a derrumbar hasta quedar en nada. Se siente algo "fello".

En mi opionión, la película tiene ciertos momentos de aburrimiento, pero lo mejor se pone como en la última media hora, que es cuando se ve el mero merequetengue y donde se funde lo imaginable con lo inesperado. El ver, al menos en ficción, como puede morir casi toda la especie humana, es algo que le para a cualquiera los pelos más profundos (estoy pensando en los de los oídos muchá).

Sin embargo, ante todo, se llega a la conclusión que este mundo, desde su punto de vista físico y materialista, es de los más poderosos y adinerados. La película enfoca cómo las grandes potencias del planeta tierra, por años se prepararon para este gran final y se unieron para construir una especia de bunkers, con características de naves "aguántalo todo" que al final sólamente rescatarán a los que hayan tenido el poder suficiente, y/o un poco más de un billón de euros para poder comprar el pasajito a la nueva era terrestre.

Porque no serán los ricos, sino los muy, muy ricos los únicos que irían seguritos en esas naves para poder sobrevivir.

Así que nuestros queridos paisanitos descendientes de los Mayas tendrán al menos, que pasarnos el chivo para salir de esta jarana del fin del mundo muchá, y no sólo dejarnos en la cuerda floja que además, según los de la lica, será bien delgadita y la van a sangolotear.

Recuerdo que de chiquita, cuando oía hablar del fin del mundo, me daba muchísimo miedo...sólo un poquito más que ahora (los pecados pesan). Lo único bueno es que si nos morimos todos de un jalón, ya no habrá que pagar deudas y también se acabará la delincuencia.

Sólo les recuerdo que aunque algunos científicos aseguren haber descifrado las profecías de mis amados y respetados Mayas, Los Amos del Tiempo, sólo hay uno que sabe el día y la hora:


"El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. Mas de aquel día y hora, nadie sabe nada, ni los ángeles de los cielos, ni el Hijo, sino sólo el Padre". (San Mateo 24.35-36)



*Algunos han interpretado la escena del Cristo del Corcovado, así como la foto que encabeza este post, como una afrenta a los designios de Dios. Yo sólo voy a tomarlo como simples íconos, que representan algo relevante. Al final, la verdad sólo la tiene Dios, cuyo reino simplemente no es de este mundo.


“Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora” (Mateo 25:13).

Foto: www.whowillsurvive2012.com




08 noviembre 2009

HERMANOS MAYORES..SÍ CÓMO NO!!!

Eso de ser la hermana, o el hermano más chiquito, así como puede ser muy alegre y gozar de protección y muchos mimos, también puede ser una experiencia un tanto hallowínica. Empezando con que el más pequeño es el glorioso "heredero" de pañales usados, calzoncillos o calzones, suéteres, juguetes, cunas y de demás remanentes de uno o más hermanos mayores.

Sin dejar atrás, que desde bebé, muchas veces lo tienen que estar escondiendo los papás para que el celoso hermanito mayor, no le pique los ojos, lo muerda, lo estruje, lo ahogue o simplemente lo mate de un muñecazo en la shola.

El más chiquito también viene siendo como el "baboso" de la familia, a quien se le pueden infundir toda clase de miedos a una infinidad de entes no existentes, como el Cuco, el Coco, El Viejo del Costal, El Miquilo, El Bute, hasta el Buguiman y el Sacasangre, entre muchos otros.

¿Y qué me dicen de la ya famosa idea de hacerle creer al más chiquito que es adoptado? Eso no me lo han contado tanto hermanos menores, como los crueles y cínicos de los mayores. Este macabro complot, fruto de los celos o de la intolerancia, ha llegado hasta extremos en calurosas discusiones, de decirle que lo hallaron en un basurero...Qué maldad.

Años más tarde, el hermano menor se convierte en una especie de "Celestina", sirviendo de "tapadera" de las escapadas de los hermanos con las novias. O es el, o la fastidiosa chaperona de la hermana mayor, que con miradas de loro masero, le indica salirse de la escena en la primera oportunidad y/o servir de guardián para que avise si alguien viene.

Claro está que esta forzada complicidad, da chance a jugosos sobornos de helados, dulces, juguetes y hasta pisto: "Si no lo decís a mi mamá, te regalo...". Pero también "la mordida" puede ser al contrario con un: "Si no me das lo que te pido, le digo a mi mamá que vos andabas con ya sabes quién, haciendo ya sabes qué".

No contaban con la astucia.

El hermano menor no solo tiene papá y mamá, también tiene hermanos que lo quieren poner en cintura, enseñarle a comportarse y hasta darle un su sopapo. ¡Cómo no, chon!

Soy la menor de 3 hermanos, que aunque no me llevan muchos años, la diferencia se marca y se siente. Cuando ellos ya estaban en la edad de merecer, yo todavía andaba buscando con quién jugar de comidita con trastecitos. Y así como gocé de sus mimos por ser la baby, también fue víctima de ser la más chiquita.

Afortunadamente, como nos separan 5 y 6 años, ya no tuve que usar pañales usados ni ropa de segunda mano. Esa paca, se la dieron a otro, pero de los pellizcos de mi querido hermano y las miradas sentenciantes de mi carnala, juntamente con el pánico al Cuco, no me salvé.

Pero puedo asegurarles, que si no hubiese sido por los juegos con mi hermano y la protección de mi hermana, la hubiera pasado bastante aburrida.

No cambiaría por nada esas tardes jugando a los karatekas con mi hermano y escuchando música con mi hermana. Las vacaciones con los abuelitos y aprendiendo a montar bicicleta, el club de los vellitos y no sé qué tantas cosas más.
Hasta ser yo la que repartía los pencazos, para después defenderme ante mis papás, con una miradita inocente de "yo no fui" y que me creyeran por el hecho de ser la más pequeña.

Pero ese consuelo que siempre siento de que están allí, como dos pilares de quienes puedo sujetarme en momentos de adversidad, es un regalo de Dios. Y aunque muchas veces parezca yo la mayor, por brava y regañona, los amo con todo mi corazón.

Abrazos y besitos,

Los 3 Chiflados.



Photo: fanpix.net