BYE, BYE VINCHAS

Tengo que cuidar ciertas expresiones como "¡A la Chucha!, pues para ellos esa es bien vulgar, mientras para nosotros es de uso diario.
Hace poco que hubo unos vientos huracanados por acá, cuando salía a la calle el pelo se me hacía un remolino y al llegar a mi trabajo, parecía que me acaban de asustar y, de paso, asusté yo a algunos cuantos con la cabeza de Troll doll . Es que tengo el problema de que me crece en todas direcciones, para abajo, para arriba, para los lados. Entonces cuando está muy largo se me ensancha como cebollón.
Ya el Negrito me miraba algo desalentado, como pensando "ese pelo ya no vale" (ya no sirve), porque bien sabía que por más que me peinara, mi cabello es tan abundante que poco tiempo tardaría en su lugar. Y ni contarles de las penas que el pobre pasaba para dormir, cuando se daba vuelta en la cama y se pinchaba los ojos, o le picaba la cara con la colochera. Todo un mártir, San Negris, de mi melena truculenta.
Así que el domingo de Pascua decidí terminar con el sufrimiento: Me corté el cabello. Fui con una peluquera experimentada y me lo voló chiquito. ¡Ja! parecía Edward Scissorhands la fulana, cortando a diestra y siniestra; no sólo porque tenía unas uñotas, sino que me miraba así con cara de científica loca. Creo que le hice el día porque se dio gusto metiendo tijera.

.Había tanto pelo tirado en le suelo, que bien hubiera alcanzado para rellenar una almohada de puros colochos (para que le siguieran pinchando los ojos a aqueche). Pero se fue a la basura, como también se fue el estrés de la desenredadera, el dolor de cabeza, el estar pensando cómo arreglármelo y me quitaron alrededor de 10 años. Es increíble cómo se puede cambiar y rejuvenecer con un corte de pelo. También se fueron al bote, todos los adornos de cabeza.
Pensé que me iba a quedar triste, como mi tío Pancho cuando era patojo y mi abuelita lo mandó a cortarse la melena de los 70´s, cómo lloraba el pobre en cada tijerazo... pero yo en cambio, me siento contenta, despejada, menos pesada y sin el dolor de los ganchos en la cabeza.
Quedé pelada y, vaya que me anduve pilas con la estilista, porque esas cuando agarran aviada, lo dejan a uno que ni Kojak, aunque ahora los estilos a la Hare Krishna están de moda. En una de esas me atrevo, pero con mi cara redondita y blanca lo más seguro es que parezca queso de bola.Ahora sí, el Negrito y yo le dijimos bye, bye a las "vinchas" y ya no ando tan "cabezona" (despeinada). Aunque cuando salgo a la calle, siento más frío que de costumbre y si de repente me veo en el reflejo de un cristal o en un espejo, sin querer, me pregunto quién será esa vieja pelona y en el instante me acuerdo que soy yo. ¡A la Chucha!
Uy, perdón Negris.
Aishtá el foto, pué.
Foto: http://www.starpulse.com/Movies/Edward_Scissorhands/Pictures/
Hugo a Go-Go: http://www.davemackey.com/animation/seeger/batfink/episodes41-60.html