EL UNICO BAUTIZO
Era urgente bautizarla, tenía que ser de un día para otro. Algo tan sencillo y común se convirtió casi en una misión imposible. Por aquél dichoso año y durante ese mes, se celebró una especie de retiro general de sacerdotes y todas las iglesias estaban cerradas. Ningún cura estaba en su parroquia. No había quien pudiera bautizar.
Una excepcional mujer acompañaba a la madre, había sido elegida la madrina de aquella niña de ojos grandes. Se dieron a la tarea de encontrar el lugar donde los sacerdotes estaban reunidos. Luego de dar muchas "vueltas" y preguntar dieron con el refugio de los padrecitos. Estaban todos retirados en la Ermita del Cerrito del Carmen, la cual no era reconocida oficialmente como parroquia.
Llamaron a la puerta con la nena en brazos. "Está muy enfermita, por favor necesitamos bautizarla", fueron las palabras de la Madrina. Al saber la emergencia las pasaron adelante, hicieron unos cuantos arreglos y sin más preguntas procedieron a llevar a cabo el Divino Sacramento.
Cuentan que fue algo sin igual: Todos los sacerdotes allí reunidos, formaron una valla hacia el altar y comenzaron a cantar de una forma maravillosa. Sus voces masculinas resonaban en la antigua ermita y así, entre cantos iban pasando a la nena abrazadita uno por uno, hasta llevarla a los pies de la imagen de la Virgen del Cerrito. Dicen quen fue un acontecimiento simplemente sublime y que se sentía algo hermoso que aún no pueden explicar.
Al final, ante el altar estaba el sacerdote oficiante esperando. Junto a la madre y la madrina, y entre cantos de todos los religiosos presentes, recibió el agua bendita en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.
Aseguran que ha sido el único bautizo realizado en la Ermita de la Virgen del Carmen, en el cerrito del mismo nombre.
Al año siguiente, la abuelita le puso un vestido azul de vuelitos, la llevó a un estudio fotográfico y dejó plasmanda la imagen que encabeza este post. Si se hiciera un acercamiento macroscópico a sus pupilas, seguramente reflejara la sonrisa de su abuelita, quien desde siempre aseguró que la nena cumpliría un año y muchos más.
.Ellas me contaban siempre muy emocionadas esta historia hermosa en el Cerrito del Carmen y yo las escuchaba queriendo revivir cada detalle. Sin duda alguna ese bautismo fue motivo de sanación. La bebé ochomesina y enferma a la que no le daban mucho tiempo, hoy sigue acá y está de Cumpleaños.
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Donde nació mi ciudad, Guatemala, nació también el milagro de mi salud y de mi vida. Para Dios no hay nada imposible.

Dedicado a mi madre, a mi abuelita y muy especialmente a mi Madrina Rube.
Foto de Chachi tomada en la Foto Marin.
Foto del Cerrito del Carmen: Guate360.
Etiquetas: Chachi Chiquita, Serie: HUÉSPEDES DEL CORAZÓN